La polaca Iga Swiatek conquistó por tercera vez en su carrera el WTA 1000 de Roma tras imponerse con autoridad a la bielorrusa Aryna Sabalenka, a la que apartó en dos sets, por 6-2 y 6-4.
En un duelo con sabor a 'deja-vu', pues fue la reedición de la final del torneo de Madrid, la intratable Swiatek volvió a alzar los brazos para celebrar un título. Con una superioridad aplastante, atropelló a Sabalenka para terminar el torneo sin haber cedido un solo set. Una máquina en tierra batida que llega con todo para Roland Garros.
Jugó su tercera final en Roma, uno de sus torneos predilectos. Ya ganó en 2021 y en 2022, y solo una lesión le impidió hacerlo en 2023. Todas las finales las ganó sin ceder un set, impecable e implacable.
Porque lejos quedaron este sábado los 3 sets de Madrid y la batalla épica. La favorita, tras un primer set arrollador, supo gestionar en un segundo mucho más igualado para aumentar sus números con la bielorrusa, ahora 8-3 a su favor en la relación victorias-derrotas.
Tras ganar los títulos de Doha e Indian Wells también sin perder un solo set, así como el de Madrid en 3 sets, la número 1 del mundo conquistó su cuarto trofeo de la temporada, convirtiéndose además en la tercera tenista en la historia que gana tanto Madrid como Roma de manera consecutiva, igualando a la rusa Dinara Safina (2009) y la estadounidense Serena Williams (2013).
Apenas duró 36 minutos el primer set, síntoma del nivel estratosférico de la polaca, que quiso acabar con todo a las primeras de cambio. Rompió dos de los saques de la bielorrusa y rozó un tercero que le hubiera permitido encarrilar con premura la manga.
En la segunda la cosa fue diferente. Sabalenka intentó resistirse y sacó su mejor tenis. Golpeó con potencia desde el fondo y se sostuvo desde el saque para mandar al fondo a una Swiatek a la que no le quedó más remedio que defenderse.
Pero ni con esas pudo hacer nada una Sabalenka que acabó frustrada ante el muro polaco. Ni las 5 bolas de 'break' que tuvo para ponerse 2-0, ni las otras 2 que tuvo para ponerse 3-1 inquietaron a un Swiatek que resistió con bravura para acabar con cualquier esperanza de tercer set. Un 'break' en el séptimo juego puso el 4-3 a su favor y decantó la victoria.
Lo celebró con un grito liberador, con un salto de alegría entendible al haberse proclamado campeona de la manera en la que lo consiguió. Otra vez dejando a Sabalenka por el camino, sin ceder un solo set y con una superioridad cada vez menos sorprendente. Roma tiene nueva emperadora, Iga Swiatek.
JCVL