Nacido un 25 de febrero de 1918 en Pasadena, California, Robert Larimore Riggs llegó a ser No. 1 del mundo y consiguió 99 títulos en su carrera. A sus 21 años ganó Wimbledon y ese mismo año el US National Championships como amateur, para repetir en el Grand Slam de su país dos años después. Más tarde dio el salto a profesional donde también se adjudicó varios honores en los llamados Pro Slam.
Como tenista que estuvo en activo lejos del año en que se dio el cambio a la llamada era abierta, su marca en el deporte blanco de Estados Unidos quizá quedó en el olvido, sin embargo en 1967 fue incluso investido al Salón de la Fama. Tras su retiro en 1959, Bobby Riggs ya era famoso por su afiliación al mundo de las apuestas e incluso como estafador.
Fue en 1973 que protagonizó junto a la leyenda del tenis femenil, Billie Jean King, la llamada Batalla de los Sexos. Si bien cuatro meses antes había masacrado a Margaret Court en el primer reto lanzado al mejor talento femenino para demostrar que el varonil era superior, el partido más recordado por el legado que dejó al deporte es el disputado ante BJK. Regresó de su retiro a sus 55 años en parte para demostrar un punto machista y en parte porque vio en el encuentro una oportunidad de hacer negocio y apostar para saldar deudas.
La historia es bien conocida, BJK lo derrotó en tres sencillos sets y se llevó los 100 mil dólares de premio e incluso hay una película de 2017 con Steve Carell y Emma Stone que detalla la historia. Diagnosticado con cáncer de próstata en 1988, falleció a los 77 años en 1995, manteniendo hasta su muerte un fuerte lazo de amistad con BJK después de que fueron rivales.