El dato es contundente. De los 45 ganadores por primera vez de un Grand Slam desde el 2000, solo 11 han logrado su segundo major el mismo año y 34 de ellos han tenido que esperar al menos un año para conseguir otro, si es que lo lograron. Incluso Serena Williams, que ganó su primer Grand Slam en el US Open de 1999, tuvo que esperar dos años y medio para conseguir el segundo de su carrera.
Si bien con el Big Three, Novak Djokovic, Rafael Nadal y Roger Federer, se normalizó el ganar múltiples títulos de la más alta categoría, la realidad es que para cualquier otro jugador de gran nivel no es tan sencillo, tal es el caso de Daniil Medvedev que alcanzó el No. 1 del mundo y de Dominic Thiem, ambos ganadores del US Open en las últimas ediciones.
Es bien sabido que el tenis es de los deportes más exigentes al requerir que un jugador viaje 10 meses al año por todo el mundo para competir semana a semana y que al depender de ellos mismos partido a partido se convierte también en una de las disciplinas más solitarias, en la que el esfuerzo más fuerte recae sobre el trabajo mental. El ejemplo más reciente de tener que vivir bajo la presión es el de Emma Raducanu, que con 18 años se coronó en Nueva York de manera sorpresiva.
La británica declaró que esperaba con emoción el final del US Open de 2002, para volver a empezar de cero después de los reflectores y patrocinios que llegaron a su vida de manera abrupta, donde incluso analistas la catalogaban como candidata a múltiples Grand Slams y la primera atleta inglesa con potencial a convertirse en una estrella multimillonaria. “Todo mundo espera que yo simplemente gane cada torneo que dispute a partir de ahora. Es un poco irreal, porque la perfección simplemente no existe” declaró en una entrevista para Nike.
Las metas, objetivos y las expectativas tras ganar un título de la categoría de Grand Slam por primera vez, se ven alterados para bien o para mal. El trabajo físico y mental sufre ajustes. Hoy cada vez más atletas deciden hablar del tema de la salud mental y en el tenis estrellas como Naomi Osaka, Iga Swiatek y Dominic Thiem han contado sus experiencias no gratas tras ganar un primer Grand Slam.
JR