El estadio principal del US Open lleva su nombre, así de importante es el legado en el tenis y deporte en Estados Unidos de Arthur Ashe. Nacido un 10 de julio de 1943, llegó a conquistar tres Grand Slams, solo se le escapó Roland Garros, pero más allá de sus logros y récords, parte de su legado es ser recordado como el primer jugador afroamericano en ser seleccionado para el equipo de la Copa Davis de Estados Unidos.
En cada deporte y bajo el contexto histórico de la sociedad americana, es normal que el primer atleta afroamericano en ser aceptado en una liga o disciplina tenga un legado importante, tenemos el caso de Jesse Owens y Jackie Robinson por ejemplo. Para el tenis sin duda ese hombre es Arthur Ashe, también el primer jugador de raza negra y único en haber conquistado el Abierto de Australia, Wimbledon y el Abierto de Estados Unidos.
El escenario de la cancha principal está nombrado por él debido a que también fue el ganador del primer US Open de la era abierta en 1968. Pero su legado va más allá del deporte, pues debido a una transfusión de sangre fue diagnosticado con SIDA y lo anunció públicamente en 1992. Si bien se había retirado en 1980, era una importante figura por lo que su contagio fue de cierta manera escandalizado. Él aprovechó la atención pública para crear conocimiento sobre la enfermedad.
“No me gusta ser la personificación de un problema, mucho menos de un problema que involucre una enfermedad mortal, pero sé que debo aprovechar estas oportunidades para compartir sobre esto” escribió Ashe en sus memorias. Falleció en febrero de 1993, su último año de vida echó en marcha su Fundación Arthur Ashe enfocada a la enfermedad y también fue activista en distintas causas por la sociedad.
En los últimos días se reportó que la familia de Arthur Ashe pidió que la estatua en su honor en Monument Avenue en Richmond sea removida temporalmente debido a que ya fue vandalizada durante los disturbios de los últimos meses en varias ciudades de Estados Unidos.
RGS