Rafael Nadal, que este miércoles se clasificó para octavos de final del Masters 1000 de París, se mostró muy satisfecho del nivel mostrado tras mes y medio de parón, aunque recordó que a finales de temporada el físico suele pasarle factura.
"Estoy acostumbrado a tener problemas al final de la temporada. A veces también al principio y durante. Siempre tengo miedo cuando estoy en este torneo, siempre he tenido problemas, pero estoy contento de estar aquí en medida de competir (...) Espero que el físico me permita competir bien", dijo tras derrotar al francés Adrian Mannarino por 7-5 y 6-4.
Hacia dos años que Nadal no jugaba un partido en pista cubierta y aseguró haber encontrado buenas sensaciones, sobre todo con su servicio.
"El regreso ha sido muy positivo (...) Esta pista no es mi preferida, pero no se puede ir en contra de la superficie. No puedo restar siete metros atrás, no funciona. Aquí hay que jugar bien, no puedes jugar con una bola baja o con un mal servicio", señaló.
En ese sentido, se mostró especialmente satisfecho con su saque, no concedió ninguna bola de rotura al francés y eso le permitió "tener tranquilidad para jugar con calma y poner al rival en peligro".
Nadal reconoció que su juego "ha evolucionado hacia poder adaptarse a esta pista" donde ahora se siente mejor que hace años, pero avisó que eso "no es sinónimo de éxito".
"Es difícil volver a la competición en las condiciones más complicadas para mi. Pero ha sido un buen regreso", dijo.
Sobre su partido de mañana por un puesto en cuartos contra el suiStan Wawrinka, Nadal indicó que "será difícil".
"Es uno de los mejores del mundo y está jugando muy bien. Voy a intentar competir bien y dar un paso adelante. Espero estar preparado para hacerlo", indicó.
CC