La sorpresa llegó muy pronto al Abierto de Australia. Apenas en su segunda ronda, Rafael Nadal -campeón vigente- cayó ante el estadunidense Mackenzie McDonald. Sí, sorpresa por la ronda, el resultado y el rival, pero no por la razón: una nueva molestia física aqueja al español.
Esa ha sido la constante de Rafa durante toda su carrera profesional. “He notado algo en la cadera y se acabó. No puedo decir que no estoy mentalmente destrozado porque estaría mintiendo”, dijo el español después de su derrota.
Viviendo con el dolor
Para Nadal no es nueva esta situación. Desde que comenzó a despuntar en el tenis profesional también empezaron los problemas físicos. En 2005, año en el que ganó su primer Roland Garros también se le diagnosticó la enfermedad de Müller-Weiss, que justamente le había provocado dos fracturas por estrés en el escafoides.
Cuatro años después (2009) se tuvo que retirar de Wimbledon por una tendinitis, y luego, en 2012, empezaron las molestias de la rodilla izquierda y también en la derecha. En 2013, precisamente se perdió el Abierto de Australia por un virus estomacal. Para 2014 ahora fue la muñeca derecha la del problema y en 2016 la izquierda; y así han pasado varias dolencias que le hicieron perderse al menos 10 Grand Slams, entre las rodillas, la espalda, los pies y los codos, Rafa ha tenido que sobreponerse a todo eso.
Dentro de las cirugías que se ha realizado el tenista español están las de apendicitis que lo aquejó en 2014, una en el tobillo derecho en 2018 y la del pie izquierdo en 2021, ésta última la que encendió las alarmas de un posible retiro.
Hoy, con la cadera, otra vez parece estar contra las cuerdas, pero en más de una ocasión se le ha dado ya por perdido, y siempre supo volver. Así que al tenista más ganador de todos los tiempos, con 22 Grand Slams, no se le puede dar por descontado, pese al dolor que le acompaña.
MGC