Fue hace 12 años, el 7 de junio de 2009, que Roger Federer logró el Career Grand Slam, ganar los cuatro grandes del año al menos una vez en su carrera. Fue apenas el tercer jugador en la era abierta en lograrlo. Con 28 años, el suizo que ya había perdido tres finales consecutivas ante Rafael Nadal, finalmente pudo cumplir uno de sus mayores retos, brillar en la arcilla, una superficie que no es su especialidad.
Era la edición 113 del segundo Grand Slam del año y Rafael Nadal era el campeón defensor. Sorpresivamente el español cayó en cuarta ronda en cuatro sets ante Robin Soderling, lo que significó su primera derrota desde su debut en 2005. Después empezaría otra racha invicta hasta caer ante Novak Djokovic en 2015. El sueco llegó entonces hasta su primera final en un major para enfrentar a Federer.
Tras un incidente con un aficionado que se metió a la cancha en el segundo set con una playera suiza y una bandera de Barcelona e intentó colocarle un sombrero a Federer, Su Majestad se distrajó pero logró recuperarse y definió su título en tres sets 6-1, 7-6 (7-1), 6-4. En el punto ganador el suizo se arrodilló en shock y las lágrimas de emoción, por lograr algo que se le había negado por tanto tiempo llegaron. Él mismo lo dijo, fue de los momentos más emotivos de su carrera y hasta ese momento su más grande victoria.