Justo en medio de la polémica que la fiesta brava vive con el cierre de grandes escenarios y la prohibición de las corridas de toros, en la cuna del toreo, Apizaco, en Tlaxcala, un joven chico vive su pasión por los bureles al máximo y piensa en convertirse en una figura consagrada a nivel nacional e internacional.
Guillermo Veloz hijo, reconocido ya, en honor a su señor padre, matador de profesión, como "El Pausao Segundo", trabaja, entrena y se prepara día a día con la única meta de convertirse en novillero y así dar el salto como torero en los principales escenarios de México y del extranjero.
Con tan sólo doce años de edad, Veloz Pérez recién vivió una experiencia que lo marcó de por vida, al menos en lo que su vocación se refiere, luego de emprender un viaje en compañía de su familia al Viejo Continente, donde de visita por Madrid, hizo uno de sus sueños realidad al presenciar una corrida en la monumental plaza de “Las Ventas”.
“Le agradezco mucho a mi familia este viaje, el primer día después de cenar caminábamos por Madrid y de pronto mi papá me dijo: ‘levanta la cara’ y vi la Plaza de ‘Las Ventas’. Al día siguiente entré a mi primera corrida de San Isidro, pude ver toreros muy grandes como Roca Rey, El Juli, Manzanares, Talavante, Tomás Rufo, Joselito Adame, Leo Valadez, el percance de Gómez del Pilar, vi corridas y toros muy grandes, me gustó ver los toros de Samuel Flores”.
La experiencia no concluyó ahí, ya que Guillermo tuvo la oportunidad de pisar las entrañas del coso, siendo un testigo más del homenaje que ahí se le realizó al maestro Eloy Cavazos, lo que sin duda fue a decir del juvenil aspirante a primera espada una experiencia sin igual.
“Pisé el ruedo de ‘Las Ventas’ en el homenaje del maestro Eloy Cavazos. Vi cómo la gente lo admira y lo acompañé cuando lo sacaron a hombros, ese día me sentí torero, conocí por dentro la puerta grande y la verdad imaginé que yo salía hombros. Le dije a mi papá que un día le voy a agradecer a mi familia brindándoles un toro en Madrid y a los 17 años pondré esta plaza de cabeza”.
Pese a su corta edad, 'El Pausao Segundo' tiene muy clara cuál es su relación con el toro, de cómo su infancia ha transcurrido de manera especial como la de cualquier otro niño, pero con la diferencia de que le gusta y apasiona vestirse de luces y soñar con ser un gran torero.
“El toro es un animal precioso, todos los toreros sienten miedo, pero el miedo se controla. Mis maestros son Jesús Villanueva y mi papá, mis Reyes Magos han sido capotes, muletas y cosas de torear. He toreado algunas tardes, inauguré la plaza de Cinco Villitas que es Disneylandia para niños toreros. Hay muchas cosas que me hacen feliz pero nada me hace tan feliz como el toreo”.
Consciente de los riesgos que la profesión tiene, Veloz dice no tener miedo a sufrir algún incidente que pueda poner en peligro su vida, pues su temor no se centra en una lesión o cicatriz, sino en no saber ganarse el respeto, pero sobre todo el reconocimiento y aplauso que es el alimento de un matador.
“El toreo es disciplina y valor, me gusta que el toro me deje expresarme, pero también cuando es difícil y cuesta trabajo, lo malo que te puede pasar no es un percance, eso incluso es un orgullo, lo peor sería no saber qué hacer, que te chiflen y no triunfar”.
Durante su estancia por la “Madre Patria”, Veloz Pérez fue recibido por el matador Jesús Pérez "El Madrileño", con el que participó en su primer tentadero en territorio extranjero, lo que incrementó el deseo de volver a la brevedad con la ilusión intacta de verse en un cartel importante.
Cercano a él, su señor padre, el torero Guillermo Veloz" El Pausao", dejó en claro que si bien no es fácil pensar en los riesgos latentes y las dificultades que en dicha profesión se enfrentan, estará con él, codo a codo, momento a momento para impulsarlo y ayudarlo a alcanzar su sueño.
“Los toros dan gloria y fama, pero también dan eso que ningún padre desearía para su hijo, por eso estoy ahí para ahorrarle tiempo y ayudarlo a lograr su sueño”.
A la espera de cumplir una mayor edad, Guillermo Veloz Pérez prepara el terreno, para que llegado el día, pueda emprender la ruta y continuar su adiestramiento en el viejo continente de la mano de grandes figuras, las que busca emular, con el anhelo de un niño sumamente peculiar.
AFM