Alexa Grasso tuvo que esperar 13 meses para regresar al octágono, pero lo hizo con una victoria contundente sobre Karolina Kowalkiewicz en UFC 238.
La ex contendiente al título tomó el control del centro de la jaula rápidamente, pero Grasso comandó las agresiones lanzando combinaciones rápidas de manos. Hizo daño con la mano derecha, aunque recibió castigo en el rostro por la vía del contragolpe.
Conforme avanzó el primer round, se fueron soltando y agregando patadas a sus combinaciones, luego de cinco minutos de alto volumen de golpeo, la mexicana parecía tomar una ligera ventaja.
Kowalkiewicz sostuvo la estrategia, con pasos firmes hacia la periferia de la jaula donde Alexa la espero siempre con el 1-2 o patadas interiores al muslo izquierdo que fueron bajando el ritmo de la polaca.
La tapatía fue conectando con mayor poder al rostro y provocó que la rival buscara recursos diferentes como el codo giratorio y llevarla contra la jaula.
Al cierre del segundo Grasso podría hablar de sus mejores dos episodios desde que llegó al UFC, aunque la diferencia fue corta ante una striker de técnica muy depurada.
Para el tercer episodio Alexa ganó confianza y agregó patadas a la cabeza y rodillas a su repertorio cuando la trató de levar al clinch e hizo daño con el recto de mano derecha en repetidas ocasiones.
En el cierre, ambas corrieron el riesgo en el intercambio para poner al público de pie y un intento de guillotina en los segundos finales resultó determinante para dejar las tres tarjetas de los jueces 30-27 en favor de la mexicana.
LSPM