Uriah Hall noqueó a Anderson Silva en su pelea de despedida, un evento estelar en el que demostró que se mostró aguerrido a los 45 años, pero no le alcanzó para irse con el puño en alto.
Silva mostró seriedad desde el comienzo de su último compromiso. Tras un minuto de estudio encontró la distancia y soltó las manos a placer, acompañó con pateo efectivo y poco daño recibido en el primer round.
Hall se ajustó por momentos a guardia zurda para equiparar al brasileño, sin mucho éxito y pasó la mayo parte de round persiguiéndolo, aunque al final comenzó a conectarlo.
Para el tercero la confianza de Silva continuaba a tope, lanzaba patadas giratorias y buscaba conectar la cabeza de Hall con la pierna izquierda. Se metió al intercambio en la guardia corta y pegó con fuerza, hasta el último medio minuto, cuando una derecha del peleador de origen jamaiquino lo mandó a la lona.
En ese episodio lo salvó la campana, pero el mejor peso medio de todos los tiempos salió lastimado. El minuto de descanso sería poco para recuperarse.
Para el cuarto Hall había despertado, era tiempo de terminar con su ídolo, quien buscaba pegarle con un uppercut hasta que se encontró con un gancho de derecha de nuevo. Regresó a la lona y el réferi detuvo el combate cuando Uriah castigaba con poder.
Al terminar la pelea Anderson se colocó en el centro del octágono y pasó unos minutos rezando, los empleados del UFC, incluido el campeón actual de la división media, Israel Adesanya despidieron con aplausos al brasileño en su combate final.