Apareció sereno, casi impávido, con la confianza de quien sabe que al fin ha conseguido una meta que se planteó 12 años atrás. Andrés Manuel López Obrador se plantó frente a una congregación de periodistas. Todas las lentes le apuntaban, prestas a llevar sus palabras a ojos y oídos de mexicanos expectantes en todo el país.
En calma, con Beatriz Gutiérrez Müller a su lado, habló del nuevo proyecto de nación que buscará establecer, citó a Vicente Guerrero —“La Patria es primero”— y sentenció:
“Los cambios serán profundos, pero se darán con apego al orden legal establecido. […] Sea quien sea, será castigado. Incluyo a compañeros de lucha, a funcionarios, a los amigos y a los familiares”.
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Esa sala del hotel Hilton era sólo una pequeña réplica de lo que ya se cocinaba en el Zócalo capitalino. Ahí, la fiesta había comenzado horas antes, desde que a las 20:00 horas los primeros resultados comenzaron a surgir.
"No vamos a dejar de recordar a los dirigentes sociales y políticos que desde hace muchos años han venido luchando por una verdadera democracia".
La plaza que en incontables ocasiones había recibido a superestrellas, esta noche se preparaba para oír las gargantas desgarradas de quienes votaron por el hombre que promete la cuarta transformación del país.
Ni la selección mexicana con sus hazañas en Rusia 2018 en los días previos había logrado llenar la plaza de esa manera. Con banderas de Morena y de México, y al grito de “es un honor estar con Obrador”, cientos de miles de seguidores —niños, jóvenes y adultos mayores—, emocionados, esperaban la llegada AMLO.
“El licenciado ya está aquí para subir al escenario”, se escuchó en el sonido y el Zócalo se ahogó en un ensordecedor grito de alegría. En ese momento, los asistentes certificaron que se trataba de una fiesta.
La gente bailaba y los mariachis tocaban. No era difícil encontrar máscaras y, por supuesto, los típicos recuerditos: llaveros, banderas, gorras… cuanto fuera necesario para celebrar la victoria.
“No les voy a fallar. [...] Quiero pasar a la historia como un buen Presidente”, dijo el tabasqueño y el Zócalo volvió a explotar en júbilo.
AMLO habló de quienes serán parte de su gabinete: ningún nombre fue tan aplaudido como los de Marcelo Ebrard y Tatiana Clouthier.
Lágrimas, saltos y gritos: ¡Sí se pudo! ¡No estás solo! Antes de marcharse, AMLO hizo retumbar el Zócalo con tres gritos de “¡Viva México!”.
Así fue la noche del 1 de julio, el día en que Andrés Manuel hizo historia.
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