Abogado, pelotari amateur, con doble maestría y oficio de servidor público antes que político, Mikel Arriola Peñalosa, de 42 años, apunta que dejó la zona de confort que tenía como titular del Instituto Mexicano del Seguro Social, al que dice haber salvado de la quiebra, para ser candidato del PRI, ganar la Jefatura de Gobierno de Ciudad de México y borrar a la izquierda corrupta que ha dañado la capital.
“No quiero llegar para darme importancia, quiero realmente llegar para arreglar las cosas que la izquierda ha hecho mal”, apunta este personaje que aprovechó “la eliminación de candados” en el tricolor para aspirar a un cargo de elección popular por vez primera, pues su trayectoria profesional siempre se ha desarrollado en dependencias gubernamentales.
“No podía mirar a mi hijo, Santiago —de cinco años—, y decirle que conocía los problemas de la ciudad y no me atreví a resolverlos”.
En entrevista con MILENIO se describe como “honesto, eficaz y patriota”, y señala que lo único que le falta es ganar la Ciudad de México para desaparecer la versión corrupta de la izquierda que ha dañado la capital en los últimos 20 años”.
El 6 de diciembre de 2017, Arriola Peñalosa presentó su renuncia como director del Seguro Social para aventurarse a “salvar urgentemente la ciudad”, a pesar de que muchos le decían que la izquierda nunca la va a soltar. “Te están mandando al sacrificio, te están mandado solo a hacer como si fueras un candidato”, le advertían.
Hijo de Salvador Arriola Barrenechea, ex embajador de México en Uruguay y Guatemala, el candidato creció en un ambiente diplomático que le impuso ser un adolescente disciplinado, por lo que se concentró en sobresalir en dos cosas: sus estudios y el jai alai.
Este deporte vasco ha sido primordial en su desarrollo. De hecho Mikel es uno de los pelotaris amateurs más reconocidos del país, que nunca se convirtió en profesional porque su abuelo Salvador Arriola, quien inauguró el Frontón México en 1929, se lo pidió.
Reconoce que la relación con su padre es buena pero a quien más recuerda con cariño es a su abuelo. “Él me dio todos los consejos que un padre le puede dar a un hijo, hizo las veces de papá porque mi papá, se fue a vivir en el 89 a Uruguay y hasta la fecha no vive en México”.
Se graduó como licenciado en Derecho por la Universidad Anáhuac y después, inspirado en las estrellas políticas Tony Blair y Anthony Giddens, cursó las maestrías en Políticas Públicas por la London School of Economics y en Derecho por la Universidad de Chicago. Es aliado desde 2002 del candidato presidencial de su partido, José Antonio Meade, a quien conoció en Banrural y siguió a la Secretaría de Hacienda en los sexenios de los ex presidentes panistas Vicente Fox y Felipe Calderón.
El que considera su mayor logro, su carta de presentación de campaña, fue haber sido titular del IMSS: “Yo saqué al Seguro de la quiebra, y si eso hice con esa institución, salvaré a la Ciudad de México del colapso”.
Más allá del éxito profesional, enfatiza que lo más importante es su familia y comenta que el flechazo con su esposa, Jimena Galindo, “fue amor de oficina”, puesto que la conoció en Financiera Rural. A ella le agradece que siempre haya sido incondicional: “Llega la decisión de volverme a ir a una maestría, le expliqué que no había forma de irnos los dos, que me esperara; regrese y todavía nos esperamos dos años más para casarnos en 2008 y tuvimos a Santi en 2013, cinco años después”.
Era funcionario público, ¿fue difícil explicarles a su esposa e hijo que renunciaba al IMSS para ir a competir por la Ciudad de México?
Tuve la fortuna de que mi esposa me conoció como servidor público y también tengo la fortuna de que cada paso que he dado he tenido más responsabilidades. Ella lo entiende, aunque es un tema para nosotros difícil. No estar en la casa, viajar constantemente; lo que nos pasó del sismo de 19 de septiembre, a mí como director del IMSS me tuvo semanas fuera, primero en Chiapas y después arreglando temas de Morelos y de Ciudad de México. Ahora que Santi toma más conciencia hay que explicarle, porque el Seguro es un lugar que te abraza y te hace suyo, es como una casa.
Mi esposa estaba en el voluntariado y mi hijo iba a la oficina, a entregar pan a los hospitales. Se involucró muchísimo. Entonces, el que yo dejara de ser parte del IMSS, a los dos les pegó mucho en lo anímico. Trabajo todos los días 12, 13, 14, 16 horas. Ha sido difícil el tránsito, ahora que toma conciencia Santiago trato de traérmelo, cuando puedo, a las giras, y por lo menos dedicarle una mañana completa o una tarde.
Ahora que su hijo lo ve en televisión, periódicos, propaganda, ¿qué le dice?
Me dice que quiere ser candidato a Ciudad de México. Después me dice que quiere ser director del IMSS. Como soy muy cercano a Meade, entonces me dice que si José Antonio es candidato para Presidente yo para qué. Con que él haga lo que le gusta, sea feliz y no le haga daño a nadie, soy feliz.
Si pudiera borrar algo de lo que ha vivido, ¿qué sería y por qué?
Me dejó mucho lo del sismo del 19 de septiembre, fue terrible. Borraría esa experiencia porque fue muy dura. Lo que más me impresionó fue el problema de Chiapas, la gente que perdió sus casas en la sierra, en la frontera, la selva. Fue muy duro. Yo lo quisiera borrar como si no hubiera pasado, ahorrarle ese sufrimiento a esa gente sí habría valido la pena.
¿La primera acción de Mikel Arriola en caso de ganar, que desaparezca la izquierda de la ciudad?
Un decreto para eliminar todos los trámites innecesarios en Ciudad de México. Esta ciudad se puede administrar bien y puede ser la ciudad más bonita y mejor en términos de servicios. La izquierda no que desaparezca, no me interesa que desaparezca, sí que desaparezca la versión corrupta de la izquierda, que es representada por muchos de los delegados, funcionarios, Alejandra Barrales y Claudia Sheinbaum.
Candidato del PRI a la Jefatura de Gobierno de CdMx.