Vivimos en un mundo en donde la nutrición suele ser un tema muy confuso. Pero comer saludable no es realmente complicado, es más sencillo de lo que parece y, sobre todo, está al alcance de cualquiera.
La mayoría de las personas ha aprendido a comer para llenar el estómago y satisfacer el hambre. Lo que no han comprendido es que lo que hacemos realmente al comer, es ingresar información bioquímica al cuerpo. Esto nos da como resultado tener salud o enfermedad.
La información bioquímica que le das a tu cuerpo cuando consumes muchos productos procesados, es la que genera enfermedad, puesto que el contenido de esos productos no sirven al cuerpo para soportar o impulsar alguna función vital. No lo nutren, pues. Esta es una de las razones por las que muchas personas viven con hambre todo el tiempo. Sin mencionar que genera problemas de salud como el desarrollo de cáncer, diabetes tipo 2, depresión, hipertensión arterial, demencia, problemas cardiovasculares y un sinfín de padecimientos crónicos más.
De entre todos ellos, destaca de manera preocupante la diabetes tipo 2, que se ha convertido en una epidemia global que afecta a millones de personas, que deben aprender a vivir con ella de la mejor manera.
Además de los tratamientos farmacológicos, hay estrategias naturales que son capaces de marcar una diferencia significativa en el control, e incluso en la reversión de esta enfermedad. Entre ellas destaca la alimentación inteligente.
Se trata de un enfoque basado en la ciencia, para elegir alimentos reales y correctos, que lleven a cada una de las trillones de células que conforman nuestro cuerpo, la información bioquímica necesaria para desarrollar las funciones que nos mantienen con vida.
La intención es regresar a las personas a un estado óptimo de salud de forma sostenible en el tiempo. Que cada persona sea capaz de generar sus propias decisiones, basadas en el conocimiento concreto y real de los alimentos y de cómo estos impactan en su cuerpo.
En este sentido, debemos asumir que los alimentos son nuestro medicamento. Es decir, no comemos para saciar el hambre, sino para ingresar nutrientes que nos permitan funcionar correctamente. Tu cuerpo utiliza cada nutriente que decides comer. Por eso cuando lo nutres de la manera correcta, los beneficios son enormes.
Cuando somos capaces de observar el comportamiento que un nutriente determinado genera en nuestra salud —por ejemplo, midiendo el impacto que causa en sus cifras de glucosa—, tendremos una respuesta visible y la necesidad de tomar la decisión de ingerirlo, o dejarlo de lado en nuestro plato.
La salud se vive y se practica día a día. Cuando comprendemos de manera sencilla el maravilloso mecanismo de nuestro cuerpo y actuamos de forma consciente para protegerlo, podemos tomar decisiones informadas y duraderas que tienen un impacto favorable en nuestra salud.
él dice"Debemos asumir que
Los alimentos son nuestro medicamento"
Estar saludable o enfermo depende de las decisiones de cada persona sobre lo que come.
Esta creencia es la base de Be Welly, un movimiento de salud en el que tenemos como propósito transformar la calidad de vida de las personas que padecen diabetes tipo 2, desde el enfoque de la medicina funcional, la nutrición y la gastronomía, pero de una manera fácil de integrar a la vida cotidiana en casa.
Finalmente, es muy importante tener en cuenta que la salud no depende únicamente de la alimentación. Hay otros factores que son clave y que tienen que ver con el estilo de vida.
La alimentación inteligente no es una solución mágica, pero sí una estrategia eficaz para el manejo natural de la diabetes tipo 2, que cada persona elige diariamente con su tenedor.
Al adoptar este enfoque, no solo se mejoran los niveles de glucosa en sangre, sino que se ofrece una base sólida para una vida más saludable y plena. ¡Que la alimentación inteligente sea tu medicamento!
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