Más allá del salón de clases

REGRESO A CLASES

Con algunos alumnos in situ y otros a distancia, se requiere un gran despliegue tecnológico para asegurar la interacción plena entre ellos y la generación conjunta de conocimientos.

Proyectores, pantallas de alta definición, cámaras inteligentes y micrófonos ambientales son necesarios para que la educación híbrida sea eficiente.
Guadalupe Cadena
Ciudad de México /

Un profesor llega al salón de clases y, a través de un sistema automatizado, indica que está a punto de comenzar su asignatura. Se cierran las persianas, se ilumina la sala y se enciende el equipo. Todo está listo para ofrecer las lecciones de ese día a los alumnos que asistirán personalmente a la sesión y para los que atenderán la clase desde casa o en otro lugar. 

Este supuesto ya no es una escena futurista sino una de las realidades que nos dejó la pandemia de covid-19. Hablamos de la educación semipresencial o híbrida, que supone un proceso de enseñanza-aprendizaje que combina la asistencia presencial en aulas con la impartición de clases vía remota. 

El 30 de agosto, poco más de 30 millones de estudiantes regresarán a clases y muchos de ellos en este esquema, sobre todo en preparatorias, universidades, y en el nivel básico de escuelas privadas. 

El modelo híbrido de enseñanza- aprendizaje llegó para quedarse”, dice Luis Arturo Rosales Mejía, director de estrategia, colaboración y ciberseguridad de Alestra, empresa de soluciones tecnológicas, al referir que cada vez más escuelas solicitan apoyo para equipar sus aulas. 

Instituciones educativas como el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM) y la Universidad del Valle de México (UVM), entre otras, trabajan de esta forma desde el ciclo pasado y conservarán el modelo para el periodo escolar que está por iniciar, debido al comportamiento del covid-19 y los semáforos epidemiológicos estatales. 

El Dato...

32.9 millones

De estudiantes entre 3 y 29 años de edad cursaron el ciclo 2020-2021

​Además de facilitar la “sana distancia”, el modelo semipresencial tiene sus “ventajas pedagógicas”, reconoce Adolfo Rodríguez, especialista en educasión de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) en México. 

La enseñanza se “extiende más allá del aula” y el niño o el joven puede enriquecer su aprendizaje por medio de videos y ejercicios interactivos disponibles a través de la tecnología, pero también “en espacios abiertos como es la misma ciudad”, añade Rodríguez Guerrero. 

Si bien el modelo semipresencial de educación no es algo nuevo, la diferencia ahora es que existen recursos tecnológicos que permiten crear espacios de aprendizaje más robustos. 

Estamos generando el aula híbrida”, lo que implica “habilitar los salones de clases con un equipo de videoconferencia adecuado”, como cámaras, micrófonos, diademas y plataformas de comunicación en grupos como Teams de Microsoft, Teams de Webex, o algunos otros recursos, asegura Rosales Mejía, de Alestra. 

La nueva normalidad, a la carta 

El Tec de Monterrey, con 25 campus a nivel nacional y 90 mil alumnos, ya tiene 600 aulas equipadas con todo lo necesario para operar el modelo híbrido. 

Utilizamos cámaras inteligentes que siguen al profesor conforme se mueve en el aula, eso para los alumnos en casa. También hay micrófonos ambientales, que permiten un mejor audio tanto para los alumnos remotos como para que los estudiantes presentes puedan escuchar”, explica Joaquín Guerra Achem, vicerrec tor Académico y de Innovación Educativa del Tec de Monterrey. 

Al terminar la sesión del día, el video se guarda en una plataforma digital para que los alumnos puedan verlo. 

En la “nueva normalidad”, el Tec de Monterrey también ha encontrado la manera de hacer laboratorios virtuales, como los de diseño o de análisis estadístico, al colocar el software especializado en la nube para que los alumnos puedan trabajar fuera del campus; en tanto que los laboratorios que disponen de maquinaria fija —electricidad, química o cine por ejemplo— operan de manera semipresencial, porque en algún momento los alumnos deben acudir a hacer prácticas. 

De este modo, los estudiantes de bachillerato y nivel superior pueden elegir entre atender las clases a distancia, ya sea de manera síncrona —en tiempo real— o asíncrona —en tiempo diferido—; de manera híbrida, acudir a unas clases presenciales y a otras vía remota; o bien de manera presencial, lo que solo aplica actualmente para los laboratorios, informa Joaquín Guerra. 

Inversión y adaptación, los desafíos 

La UVM también ha hecho un gran esfuerzo por atender a sus cerca de 100 mil alumnos —repartidos en 36 campus en todo el país—, quienes en la pandemia tuvieron servicio 100 por ciento en línea y, a partir de este año, comenzaron a tomar clases semipresenciales, también con apoyo de aulas equipadas con tecnología de punta, comenta Elizabeth Trujillo Quiroz, directora de Ejecución en Campus de esta universidad privada. 

“Puedo destacar la fuerte inversión que ha hecho la institución para acondicionar las aulas y también en simuladores, que nos permiten llevar al estudiante a la realidad de la práctica de su carrera”, refiere la funcionaria académica y agrega que otro de los grandes desafíos ha sido la “capacitación de los profesores en el dominio de estrategias de enseñanza”. 


En este sentido, Trujillo señala que los profesores —a quienes considera “otros héroes de la pandemia”— han tenido que adaptar sus cursos a la “nueva normalidad”, porque no solo se trata de llevar los contenidos de los programas de las clases presenciales a las clases virtuales, sino de utilizar los recursos de aprendizaje apropiados para un ambiente digital. 

De igual manera, la UVM se vio en la necesidad —cuando comenzó el confinamiento el año pasado— de asumir medidas de control. “La universidad corrió un proceso para monitorear la asistencia a clases y detectar a los estudiantes que estaban faltando”, comparte la funcionaria. 

Pese a los desafíos, el aprovechamiento escolar mejoró en 2020. Los egresados de la UVM que presentaron el Examen General de Egreso de Licenciatura (EGEL) obtuvieron 60.1 por ciento de aciertos, 2.3 puntos porcentuales arriba de 2019. 

La misma interacción 

Las primeras que iniciaron con la búsqueda de soluciones tecnológicas para impulsar el modelo híbrido fueron las universidades, “pero ya veo muchos colegios, primarias y secundarias que empiezan con peticiones de tener estos equipos también”, comenta Luis Arturo Rosales, de la consultora Alestra. 

Y no es para menos, si se considera que una de las preocupaciones de las escuelas, los padres de familia y los alumnos ha sido la de recuperar la dinámica que se genera en un salón de clases común, ya que el trato personal también aporta aprendizajes a los niños y jóvenes. 

El Dato...

600 aulas equipadas tiene el Tec de Monterrey para operar con el modelo híbrido
La tecnología ofrece diversas herramientas útiles que pueden facilitar la interacción. “Antes en la escuela se formaban equipos para hacer un trabajo, pero ahora esos grupos se pueden hacer en forma virtual. Cuando el profesor dice reúnanse en grupos, entonces la herramienta te dice que vas a trabajar aparte y luego regresas a la sesión”, explica Rosales Mejía. 

Otra opción es que, a través de tabletas, los estudiantes pueden tomar apuntes y por medio de aplicaciones como OneNote de Microsoft, entregar virtualmente al profesor el documento que genere, o bien tomar una foto y enviarla por correo o por la plataforma elegida. De esta manera se posibilita la retroalimentación. 

“Los alumnos y muchos profesores manifiestan que ya quieren regresar a clases presenciales y es normal”, reconoce Joaquín Guerra, del Tec de Monterrey. Sin embargo, el académico considera que, una vez superado el covid-19 en el país, los mecanismos de enseñanza-aprendizaje de la educación a distancia y de la educación híbrida se quedarán para uso y beneficio de las nuevas generaciones. 

Y es que, más allá de la emergencia sanitaria, las formas de acceder a la educación son dinámicas, concluye Guerra: “En los próximos meses o años tendremos cada vez más esquemas de este tipo y no por la pandemia, sino por su flexibilidad, porque los alumnos lo pedirán así”.

srgs

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