Las actividades relacionadas con la producción agrícola son responsables de 20 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y del consumo del 70 por ciento de agua a nivel global, de acuerdo con datos del Banco Mundial . Al mismo tiempo que la explotación intensiva de los recursos y el mal uso de la tierra han aumentado las posibilidades de sufrir una crisis alimentaria en los próximos años.
La humanidad en su conjunto ha alterado el estado natural de los suelos en más de 70 por ciento y, de acuerdo con el Global Land Outlook Report (UNCCD, 2022), 40 por ciento de ese impacto proviene de la agricultura. Por otro lado, los campos sufren efectos adversos por el cambio climático: incremento de temperatura, cambio en los patrones de precipitaciones y una mayor frecuencia de eventos extremos.
Pero no todo está perdido. Un bocado a la vez, los métodos de agricultura regenerativa pueden mejorar la alimentación humana, recuperar el estado de los suelos y combatir al cambio climático de una buena vez. Aunque dejar atrás los agroquímicos, los cultivos intensivos y la generación de nuevas áreas para siembra vía la deforestación, no es un tema fácil de implementar en un país como México, casado con la tradición a prácticas agrícolas poco sustentables, como el riego por inundación, por mencionar uno de los más arcaicos.
Ese modelo de producción, implementado en México desde la llamada “revolución verde”, elevó los rendimientos vertiginosamente entre las décadas de 1960 y 1990, pero hoy ya no marcha bien con el cambio climático, al tiempo que contribuye a agravarlo.
Sin embargo, el Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) destacó, en un informe reciente, que el agrícola es el único sector que, de reconvertirse para incrementar el secuestro de carbono, puede llegar a valores negativos de CO2 hacia el año 2050, con una estimación de 3.4 gigatoneladas de CO2 equivalente al año (GtCO2e/año). Y al mismo tiempo, es capaz de incrementar la cantidad y calidad del alimento que se produce y generar riqueza alrededor de la agricultura.
El nuevo modelo de cultivo regenerativo propone una mezcla de nuevas tecnologías y sustentabilidad, para integrar “un conjunto de prácticas agrícolas que protegen los suelos y la biodiversidad, optimizan el uso de agua, respetan la vida animal y empoderan a los productores”, explica Sofía Díaz Rivera, directora de Sustentabilidad en Danone México.
Combatir al cambio climático con la propia regeneración de los suelos es un objetivo atractivo en sí mismo, pero no es el único; al mismo tiempo, el mundo debe solucionar el problema que supondrá alimentar a 9 mil millones de personas hacia 2050, lo que requiere aumentar 70 por ciento la producción agrícola, advierte Patricia Toledo, directora de Sostenibilidad y Asuntos Corporativos para el Norte de Latinoamérica de Syngenta, vicepresidenta de Sustentabilidad del Consejo Nacional Agropecuario y vicepresidente de Biotecnología en CONCAMIN.
el dato...70 por ciento
Del estado natural delsuelo se ha perdido por la actividad humana; 40 por ciento por la agricultura
Más tierra, más resiliente
La regenerativa, es un tipo de agricultura enfocada en recuperar la tierra perdida, y su salud, utilizando menos químicos, incrementando la biodiversidad y secuestrando las emisiones de carbono hacia el suelo, además de proveer alimentos frescos y saludables que provienen de ese suelo sostenible, libre de emisiones.
Los beneficios son palpables; las cosechas sanas producen suelos resilientes, capaces de hacer frente a inundaciones y sequías, y los cultivos en esos suelos nuevamente ricos, elevan su poder nutritivo y evitan la erosión y el desgaste de los suelos.
Desde el punto de vista de negocios, señala Díaz Rivera, de Danone, se mejora la calidad y el manejo de recursos como el agua, al permitir una mayor retención y humedad en el suelo; y se limitan los costos derivados del uso de fertilizantes al mismo tiempo que se incrementa la rentabilidad.
Lo difícil es empezar
Actualmente, grandes empresas en México tienen en marcha robustos programas de agricultura regenerativa, obviamente relacionados de manera orgánica con sus necesidades de producción y sus cadenas de suministro. Bimbo, PepsiCo, Coca Cola, Kellogs, Heineken, Syngenta, Bayer y Danone impactan en los cultivos de trigo, maíz, fresa, cebada, por mencionar algunos, y en la producción de leche.
El dato...9 mil millones de personas
Secalcula habitarán la Tierra en 2050 y requerirán alimento
Si bien es necesaria cierta inversión para reconvertir un campo de cultivo hacia la opción regenerativa —sobre todo si se quiere tener mediciones fieles y procesos eficientes, basados en soluciones tecnológicas—, tras la cosecha es evidente que se generan más ahorros que gastos. No obstante, “convencer a los agricultores de cambiar las prácticas que aprendieron de sus padres y abuelos, es complicado, al menos al inicio”, señala Díaz Rivera, de Sustentabilidad de Danone.
Esta empresa trabaja dos programas icónicos que ya han dado resultados y que, por lo mismo, han comenzado a extender su impacto: Madre Tierra, que apoya a productores de fresa en Maravatío, Michoacán, y Margarita, que opera con pequeños productores de leche en los Altos de Jalisco y Aguascalientes.
La reducción de 45 por ciento en los costos por el menor uso de químicos (fertilizantes y pesticidas), y un aumento de 3 por ciento en la productividad —limitado el último año por temas de sequía y granizo—, impulsó a los 50 primeros productores de Madre Tierra a compartir su experiencia y atraer nuevos participantes. Además, hoy, una de cada cinco fresas que utiliza Danone en México, EU y Canadá provienen de este programa y se ha reducido a la mitad la huella de carbono de estos frutos.
El éxito permite que Danone se plantee altas metas a cumplir en un horizonte tan cercano como 2030: reducir 30 por ciento las emisiones CO2 de todo lo que le abastece su producción, y generar 30 por ciento menos emisiones de metano que provienen de la leche fresca. Antes, para 2025, aseguran que 25 por ciento de todos insumos provendrán de establos o granjas que trabajen con agricultura —y ganadería— regenerativa.
Las empresas con programas de agricultura regenerativa asisten a los agricultores —parte de su cadena de suministro— en todo el proceso de reconversión de manera integral. Los capacitan, les proveen tecnología y los servicios relacionados con el control y medición de los insumos. “El enfoque debe ser integral, porque no necesitamos solo mitigar los impactos del cambio climático, sino recuperar todas las propiedades intrínsecas del suelo y la biodiversidad”, señala Patrica Toledo, de Syngenta.
“Esto lo hemos desarrollado en diferentes cultivos, a lo largo y ancho del país, hoy por hoy hemos impactado 1.23 millones de hectáreas en México. Es un orgullo, pero también un compromiso, porque todavía hay mucho que hacer”, concluye Toledo.
CHC