No es que abunden los papás que se encargan solos de la crianza de sus hijos, pero ciertamente ahora hay más que antes. Las causas son diversas: que tras el divorcio ganen la custodia de los hijos; por viudez, o porque su pareja abandona el hogar. También sucede cuando su pareja tiene una intensa carga laboral y el hombre lleva la responsabilidad de la crianza de los hijos.
La proporción de padres solteros que acuden a algún tipo de terapia psicológica en México aún representa una minoría, aunque estimamos que hay un aumento significativo debido al desarrollo profesional de las mujeres: actualmente representan cerca de 20% de los tratamientos psicológicos en todas sus modalidades (padres en estado de viudez; que asumieron la patria potestad de sus hijos, o que fueron abandonados por su pareja).
Primero, manejar el duelo
Cuando se presenta un proceso de duelo por la pérdida de la pareja (divorcio, viudez o abandono), los varones pasan por varias facetas emocionales: el duelo de perder a su pareja y el peso que tiene socialmente para un hombre ser, por ejemplo, traicionado o dejado. En muchas ocasiones los hombres presentan cuadros agudos de ansiedad y temor para asumir una responsabilidad que no habían previsto. También se da el deseo de vengarse de su exesposa y mucho resentimiento. Finalmente llega la aceptación de su nuevo rol y es cuando la mayoría logra la plenitud de ser un padre ‘soltero’ afectuoso para sus hijos.
“LES ES DIFÍCIL ASUMIR SU NUEVO ROL, PORQUE NUESTRA SOCIEDAD NO ESPERA QUE A UN HOMBRE LO DEJEN SOLO CON LA CRIANZA”
El precio de igualdad en los roles Ahora la mujer trabaja a la par de los hombres y disfruta o padece de las mismas eventualidades y tentaciones. Esto va desde descuidar a la familia por motivos laborales o bien abandonarla por cuestiones amorosas. Eso sí, existe una gran contradicción porque mientras las mamás solteras son un elemento de la cotidianidad, un papá soltero se convierte en una especie de superhéroe para la comunidad.
Son un ejemplo e incluso se perciben como un buen partido para las mujeres que no tienen pareja, porque constituyen la imagen de un excelente proveedor para formar un eventual nuevo hogar.
Sin embargo, no todo es miel sobre hojuelas. A muchos padres les es difícil asumir su nuevo rol porque nuestra sociedad no espera que a un hombre lo dejen solo con la crianza de los hijos; se sabe burlado y es herido en su ego, que puede contener un núcleo altamente machista.
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Pero una vez que se quitan estas ataduras, ellos logran rehacer su vida incluso mucho más rápido que una madre soltera. Algunos buscarán pareja (en un alto porcentaje) o bien, a la mamá sustituta de sus hijos que no siempre resulta ser una nueva pareja, pues acuden a los abuelos, las hermanas, las tías, e incluso a los ex suegros. Una vez que trascienden la faceta del duelo se convierten en unos buenos jefes de familia y funcionan de manera adecuada a nivel familiar y social.
Aquí algunos pros y contras de ser un papá soltero, para ellos y para sus hijos:
Pros
• Son prácticos en la resolución de los conflictos familiares.
• Otorgan a un grado alto de disciplina.
• Transmiten competitividad.
• Enseñan labores de arreglos domésticos.
• Enseñan independencia.
• Llevan a sus hijos a socializar.
• Enseñan a ser perserverantes.
Contras
• Pueden ser rudos y bruscos.
• De ser tan prácticos le restan importancia a las emociones de sus hijos.
• Les es difícil desmenuzar los detalles de su relación con los hijos.
• El cuidado artesanal y estético es más femenino. Al hombre le cuesta trabajo incorporarlo y trasladarlo a la parte de los hijos, en especial cuando son niñas.
Asimismo, es fundamental trabajar con los niños. Vivir sin una madre les deja huella para el resto de su vida, por lo que sería saludable acudir a algún tipo de terapia para saber manejar la crisis en los niños y, en sí, en toda la familia. Seguro que será un apoyo fundamental para los papás solteros.
GAF