Este texto no pretende minimizar el grave problema que representa el nuevo coronavirus (Covid-19), sino alertar sobre un reciente brote de sarampión, otro gran problema de salud que tenemos en México y que, si lo dejamos, se nos puede salir de las manos.
El Covid-19 es una enfermedad respiratoria ocasionada por el virus SARS-CoV-2, perteneciente a la familia de los Coronaviridae, llamados así por la similitud que presentan a la corona solar cuando son observados con el microscopio electrónico.
El sarampión es una enfermedad eruptiva ocasionada por un virus que pertenece al grupo de los Paramyxoviridae, cuyos miembros ocasionan enfermedades como la parotiditis o el moquillo que sufren los perros. Ambas enfermedades se transmiten de persona a persona a través de las gotas de saliva y otras secreciones corporales.
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El Covid-19 genera una gran variedad de síntomas, los más comunes son fiebre, tos seca, dificultad para respirar y en algunos casos dolor de cabeza, secreción nasal, diarrea o vómito.
En los casos catalogados como críticos (6%) se presenta una insuficiencia respiratoria que puede derivar, principalmente en adultos mayores, en la muerte.
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En el caso del sarampión los síntomas típicos son fiebre, secreción nasal, tos, ojos rojos y llorosos, pequeñas marcas blancas en la boca y sarpullido. Además, el sarampión puede generar complicaciones, como inflamación del oído, laringe, bronquios, cerebro, e infección de ojos, estrabismo, neumonía y en algunos casos la muerte.
Igual de malas, pero diferentes
El Covid-19 es poco frecuente en niños. En el caso de Italia, país europeo donde el coronavirus ha tenido mayor número de infectados, solo 1.2% de los pacientes es menor de 18 años (en China y Estados Unidos reportan valores similares).
Con el sarampión ocurre lo contrario, en 50% de los casos registrados el paciente no supera los 14 años. Según datos de la Secretaria de Salud al 31 de marzo, en la Ciudad de México se habían registrado 234 casos confirmados de Covid-19 y 87 de sarampión.Este brote de sarampión surgióen el Reclusorio Norte, dondeuna visita familiar importó laenfermedad de Estados Unidos.
Las autoridades sanitarias yaidentificaron a las personasinvolucradas con este contagioy están aplicando las medidas necesarias para contener el brote.
Aunque se están probando algunos fármacos, actualmente no se cuenta con un tratamiento específico ni para el coronavirus ni para el sarampión. Y mientras Estados Unidos y China están en la fase de pruebas en humanos de sus primeras vacunas contra el Covid-19, para el sarampión sí contamos con una vacuna segura y económica, que se aplica en México desde 1970.
La gente espera con urgencia una vacuna contra el Covid-19; sin embargo, gran parte de la población no está correctamente vacunada. De los 87 casos de sarampión en la Ciudad de México, 74 no estaban vacunados y 13 contaban con el esquema de vacunación incompleto.
Es gratificante ver la normalidad con que el pueblo mexicano habla del uso de vacunas, algo que no ocurre en Italia, Francia o Estados Unidos (países donde hay muchos brotes de sarampión a causa de los movimientos antivacunas).
No obstante, las autoridades y la sociedad todavía tenemos mucho por hacer. Sin duda debemos enfocarnos en que el coronavirus no se instale por completo en el país, pero no podemos descuidar las enfermedades contra las que hemos luchado durante décadas.