Si bien los trastornos mentales más comunes en la sociedad actual son la ansiedad, la depresión y el déficit de atención e hiperactividad (TDAH), el trastorno bipolar les sigue de cerca en incidencia, de acuerdo con datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos (EU).
En 2019, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estimó que 45 millones de personas padecen el trastorno bipolar, que se detecta con mayor frecuencia en adultos jóvenes; sin embargo, también es posible que se presente en niños pequeños y en adolescentes, comentó el doctor Paul Croarkin, psiquiatra y director del Centro de Investigación Infantil de Mayo Clinic.
Los síntomas de este trastorno, en el que se combinan episodios maníacos y depresivos, muestran cambios evidentes en el estado anímico del paciente, con períodos intercalados que duran entre una y dos semanas, en las que los sentimientos son intensos y ocurren junto a cambios de comportamiento y niveles acordes de energía o actividad, según los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por sus siglas en inglés) de EU.
Los síntomas de un episodio maníaco muestran a una persona muy optimista, animada, irritable o sensible, cuyos pensamientos van muy rápido; asimismo, tienen menor necesidad de dormir o apetito excesivo por alimentos, bebida o actividades placenteras.
Durante los episodios depresivos, las personas que padecen este trastorno se sienten decaídas, tristes, ansiosas, inquietas o apáticas y tienen problemas para concentrarse, dormir o tomar decisiones; también pierden el interés en casi todas las actividades, dicen sentirse sin esperanza y pensar en la muerte.
En el caso de los niños, el trastorno bipolar puede ser confundido con otros problemas asociados con la edad, como el TDAH, algún trastorno del espectro autista, el carácter oposicionista desafiante, depresión mayor o bien el consumo de sustancias adictivas, refiere el doctor Croarkin, de Mayo Clinic.
RPG