Tal vez le falta el ambiente navideño. Por alguna razón, el reparto de utilidades causa menos ilusión y genera menores expectativas que el aguinaldo; sin embargo, es un dinero que llega a las manos de los trabajadores una vez al año —a más tardar el 31 de mayo— y ayuda a que las finanzas personales y familiares se desahoguen un poco. Si tienes deudas, utilizar este dinerito para pagarlas es tu opción, y si no, busca en dónde invertirlo para que crezca y cumplas alguna meta más adelante.
A diferencia del aguinaldo, que ya sabemos cuánto será, el cálculo de la Participación de los Trabajadores en las Utilidades (PTU) depende de factores variables, como cuáles fueron las ganancias de la empresa en el año anterior y cuál es la antigüedad del empleado y su salario. Pero sin importar cuanto sea, seguro alguna de las siguientes opciones se ajustará a tus necesidades de inversión:
- Si es tu primera vez, puedes iniciar con instrumentos sencillos como los Cetes. Puedes acceder a estos valores gubernamentales a través de un pagaré bancario o de Cetes Directo, una plataforma operada por Nacional Financiera donde podrás comprarlos sin intermediarios. Al cierre de la edición, ofrecían un rendimiento de 11.33 por ciento anual.
- Si no tienes una meta financiera a corto o mediano plazo, puedes ser amable con tu viejito del futuro e invertir en el ahorro voluntario de tu Afore. Además de que es deducible de impuestos —siempre que no lo saques antes de tus 65 años—, aprovecharás todas las ventajas del interés compuesto y puedes empezar desde 50 pesos. También puedes disponer de él en cualquier momento que lo necesites, solo que tendrías que pagar los impuestos correspondientes (los que hayas deducido anualmente).
- También podrías aprender a invertir en acciones de empresas vía aplicaciones, que te permiten empezar desde 100 pesos. Existen varias que son fáciles de usar, solo recuerda que debes diversificar y que la renta variable conlleva mayor riesgo.
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