La Real Academia de las Ciencias de Suecia ha galardonado a la científica estadounidense Jennifer Doudna y a su homóloga francesa Emmanuelle Charpentier con el Premio Nobel de Química 2020 por sus aportes en el desarrollo de la técnica CRISPR/Cas9, la cual permite editar de manera precisa el genoma de los seres vivos.
CRISPR es el acrónimo en inglés para “repeticiones palindrómicas cortas agrupadas y regularmente interespaciadas” y Cas9 es una enzima que funciona como una tijera molecular. El conjunto CRISPR/Cas9 es un sistema presente de forma natural en bacterias que les permite combatir a los virus que intentan infectarlas. Este sistema funciona a través del reconocimiento del ADN viral, gracias a una molécula relacionada con las secuencias CRISPR, y su posterior destrucción, gracias a Cas9.
Los grupos de investigación de Doudna y Charpentier descubrieron que Cas9 es una enzima programable, es decir, gracias a la manipulación de las secuencias CRISPR se le puede ordenar qué sitios cortar en el genoma. No solo eso, también hackearon este sistema bacteriano al adaptarlo a otros organismos y generar complejos moleculares que tienen el potencial de reconocer y cortar cualquier gen que se les ordene en cualquier ser vivo.
Recordemos que el ADN contenido dentro de las células de cualquier ser humano posee 3 mil millones de letras escritas con un alfabeto de solo cuatro diferentes (A,T,G y C), y con las instrucciones codificadas de lo que somos. Si colocáramos toda esa información genética en un formato normal de libro, requeriríamos alrededor de 262 mil páginas. La maravilla de CRISPR/Cas9 radica en que nos permite encontrar y modificar de forma muy precisa cualquier región que le indiquemos entre toda esa información. Además, ya que el ADN de todos los seres vivos está escrito con el mismo alfabeto, esta técnica puede adaptarse a cualquier organismo.
Él dice...“La ciencia avanza más rápido de lo que podemos asimilar como sociedad y algunas técnicas moleculares plantean dilemas éticos que deben ser discutidos desde múltiples perspectivas”
Las aplicaciones potenciales del sistema CRISPR/Cas9 van desde eliminar enfermedades genéticas como el daltonismo hasta combatir al cáncer o al VIH, generar plantas tolerantes a la sequía, detener la reproducción de los mosquitos transmisores de la fiebre amarilla o aliviar los síntomas de distrofia muscular en perros.
Un doble premio
Hasta esta edición, el Premio Nobel de Química ha sido otorgado a 184 personas, de las cuales solo cinco han sido mujeres. Que este año se haya otorgado a dos científicas es sin lugar a dudas un premio extra.
El gran ausente
No deja de sorprender que Francisco Mojica, científico español que descubrió las secuencias CRISPR, no haya sido también galardonado, pues su labor fue esencial para el desarrollo de la técnica CRISPR/Cas9. En sus conferencias explica con lujo de detalles cómo fue que descubrió dicho sistema, del cual se expresa con gran cariño y orgullo. Precisamente por esa calidez que transmite, hace un año me acerqué a conversar un momento con él y comencé mi interés por esta fascinante técnica que tiene el potencial de revolucionar la forma en que vivimos.
Un último apunte
No debemos perder de vista que en ocasiones la ciencia avanza más rápido de lo que podemos asimilar como sociedad. Con el advenimiento de la Biología Molecular, de pronto contamos con terapias génicas, clonaciones animales, ediciones genéticas con CRISPR/Cas9, organismos transgénicos y demás herramientas que pueden ayudarnos a combatir múltiples problemáticas actuales; sin embargo, también son técnicas moleculares que plantean dilemas éticos que deben ser discutidos y atendidos desde múltiples perspectivas en pro de la seguridad y del beneficio de los actores involucrados.
srgs