Los mejores personajes siempre tienen historias únicas y peculiares. Jorge Ayala no es la excepción. Este diseñador de modas tiene una propuesta excéntrica que desafía con belleza desde la técnica, hasta los mensajes que transmite.
Se fue a vivir a Europa y estudió en las mejores universidades. En Francia estuvo en la escuela Nacional de Bellas Artes en París, y en Londres hizo una Maestría en arquitectura en la Architectural Association School of Architecture, de la que se graduaron arquitectos como Rem Koolhaas.
Ayala teje una relación con cada una de las prendas que diseña. Cada pieza transmite mensajes que abarcan temas políticos, retoma sus reflexiones o fragmentos de las letras de Céline Dion. La caligrafía se ha vuelto una herramienta importante de su trabajo y corta sus telas con láser (técnica que incorporó de la arquitectura).
El sueño de un futuro próspero como arquitecto se le esfumó en 2009 tras la crisis económica que azotó a Reino Unido y Estados Unidos; así que empezó a hacer ropa como un experimento, como una forma de expresarse y manifestar, a una escala más pequeña, lo que aprendió en la universidad.
La moda es la arquitectura del cuerpo. Aunque para muchos estas dos profesiones podrían parecer aisladas, el trabajo de Ayala es una resolución elegante de la convergencia entre estos dos mundos.“De la arquitectura a la moda, pasas de columnas a cuerpos”, explicó.
Las dos caras de México
Vivir gran parte de su vida en París ha hecho que Ayala tenga una mirada extranjera que dialoga con lo local, sin olvidarse de sus raíces. Tomar distancia de lugares o situaciones te arma de perspectivas únicas.
“México para mí tiene una característica increíble con la que también me identifico: apuesta por lo que no se conoce y siempre hay algo muy atrevido”, aseguró.
Las tendencias siempre pueden cuestionarse. “Creo que hoy hay un problema del ‘paseísmo’ en México. Por más que a un sarape le pongan tres hoyitos y una etiqueta, no creo que se le pueda llamar diseño contemporáneo. Además, en nada creo que nuestras generaciones han participado en la construcción de ese gran pasado del textil mexicano. Se me hace como un plagio”.