El auge de las redes sociales, el avance de la tecnología, la nueva configuración de las familias y una mayor conciencia por la preservación del medio ambiente, cambiaron de manera drástica la forma en la que los turistas planeban sus viajes ya antes de la pandemia. Hoy, a esta ecuación se añade la necesidad de estar a salvo de un posible contagio de covid-19.
El Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC por sus siglas en inglés), lanzó en junio una serie de lineamientos de seguridad y el sello Safe Travel, para reconocer la correcta aplicación de dichos protocolos sanitarios y cuidar la salud de empleados y visitantes en los destinos turísticos, con el objetivo de reactivar al sector, que antes de la llegada del coronavirus representaba 10.4 por ciento del PIB mundial.
Fuera del tema de salud, ya instalados en la “nueva normalidad”, ¿cuáles son estas necesidades de los viajeros que dictaban la agenda? Aquí algunas tendencias emergentes que darán forma al futuro de la industria hotelera en la era post covid.
PARA MILLENNIALS Y CENTENNIALS
Wanderlust, que se refiere a la pasión por viajar, se ha convertido en un término relacionado con el turista interesado en ‘deambular’ por los lugares que visita, salir de las rutas turísticas habituales y simplemente seguir la corriente del destino.
Esto complica las cosas para los hoteles, porque este tipo de itinerarios vacacionales, definitivamente no incluiría planificar una estadía en un hotel por adelantado. Además, como cadena hotelera, es imposible tener presencia en tantas zonas en un mismo destino, de ahí el éxito de las rentas cortas vacacionales.
“El formato de hospedaje que ofrece Airbnb está cambiando la forma de hacer turismo, por eso otras plataformas como Booking y Expedia lo están copiando. Incluso cadenas como Hyatt y Accor tienen sus propias marcas de rentas a corto plazo”, dice John McCarthy, presidente ejecutivo de Leisure Partners.
De acuerdo con el también exdirector general de Fonatur, los millennials son los principales consumidores de este tipo de reservaciones. “Son viajeros que apuestan por el aspecto social, que buscan adentrarse a la vida del lugar”.
El covid-19 también ha favorecido este modelo de hospitalidad. Según datos de Airbnb, los mexicanos prefieren hoy viajar a destinos cercanos, accesibles en auto, y también han comenzado a hacer flexication, pues “trabajar desde casa es igual a trabajar desde cualquier hogar", solo se necesita que el alojamiento tenga WiFi, un espacio cómodo para la laptop, y una piscina para descansar por la tarde.
La tendencia fue clara este verano, cuando Airbnb incorporó 100 mil nuevos huéspedes mexicanos a su plataforma, lo que colocó al país entre los 10 de mayor crecimiento en nuevos usuarios.
En la misma tendencia de wanderlust, de turistas interesados en vivir la experiencia local, también se posiciona otro formato de hospedaje para los jóvenes: los hostales.
Viajar con presupuestos bajos se ha convertido en algo común, principalmente entre los centennial, y no solo por ahorrar, sino porque tienen el deseo de vivir la experiencia de los destinos a los que viajan en su forma más pura.
“Prefieren pagar 25 o 30 dólares por noche y tener más presupuesto para conocer el lugar y vivir la experiencia gastronómica y cultural completa. En Cancún, tan solo en avenida Nader, que abarca menos de un kilómetro, hay 11 hostales. Selina Nomads y Hostal Mezcal son algunos de los que apuestan por este turismo”, afirma Marcy Bezaleel Pacheco, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac) Cancún.
LOS TRADICIONALES SE RENUEVAN
El éxito de las rentas temporales es innegable, pero no hará que las grandes cadenas hoteleras desaparezcan. “Siguen apostándole al negocio hotelero, porque son diferentes consumidores. Las estancias cortas no le quitan más de 3 por ciento a los hoteles; el que es huésped de hotel, difícilmente cambiará sus hábitos”, dice McCarthy.
Para enfrentar el desafío, los hoteles exploran nuevos caminos para descubrir cómo atraer nuevos viajeros, y estar disponibles para ellos cuando necesiten refugio. Así es como lo están logrando:
Hoteles multi perfil
El universo de viajeros es muy diverso. Según McCarthy, la mejor manera de proponer nuevos estilos de hospitalidad es conocer a los viajeros, sus necesidades y el perfil de experiencia que buscan disfrutar durante sus vacaciones. “Hasta hace pocos años, las cadenas hoteleras construían sus resorts pensando en formatos de familia tradicionales, de papás e hijos. Tratar de entender que la naturaleza y las estructuras sociales han cambiado, los lleva a crear espacios flexibles, para ser capaces de atender a estos nuevos nichos de mercado. Del turismo gay friendly al skip-gen, y el de solo adultos al de las mamás solteras que viajan solas... todos buscan experiencias distintas”, explica.
Adiós a los tiempos compartidos
Los clubes vacacionales dejan atrás el tiempo compartido y atraen a los turistas a sus propiedades en diferentes destinos.
“A diferencia de un tiempo compartido, donde los viajeros tenían una semana fija al año, y compartían la propiedad a través de un fideicomiso, este es un sistema de puntos que canjeas por experiencias”, dice Francisco Madrid, director del Centro de Investigación y Competitividad Turística Anáhuac (Cicotur).
“Estos planes de lealtad deben de tener un lugar donde consumir dichos puntos o millas, de ahí que las grandes cadenas hoteleras comienzan a desarrollar diversos conceptos bajo el mismo paraguas de marca”, añade McCarthy.
De acuerdo con los especialistas, Grupo Posadas, Vidanta y Club Med son algunas de las cadenas hoteleras que mejor lo están haciendo en este formato.
La experiencia arquitectónica
“Antes, los hoteles eran construídos por arquitectos de la firma hotelera, hoy se están construyendo con base en las expectativas del cliente. El objetivo es crear rincones en los que te puedas sacar una selfie y que puedas instagramear. Se trata de crear la experiencia que puedas compartir en redes sociales, y que además sirve como promoción a las cadenas hoteleras”, dice John McCarthy.
Sofisticados all inclusive
Otra gran tendencia es el all inclusive, un formato que grandes cadenas hoteleras están renovando al desarrollar sus propios conceptos, eso sí, con algo de innovación que los diferencia.
“Al consumidor le gusta mucho, es un concepto fantástico que está transformando al segmento; es lo que hizo Xcaret con su all fun inclusive, en el que incluye hospedaje, alimentos, bebidas, y el traslado y acceso a todos sus parques temáticos”, dice McCarthy.
Al respecto, Francisco Madrid añade que “hay inversiones muy fuertes en conceptos cada vez más sofisticados, que han elevado el nivel de manera importante en su oferta gastronómica o de spa”, entre otros servicios que generan valor a los viajeros locales o internacionales.
También perviven los clásicos todo incluído que atienden al turismo masivo. Llegaron a México hace décadas para atraer al turista nacional hacia los grandes hoteles de lugares como la Riviera Maya, que suelen estar alejados de la ciudad. Además, este formato les brinda mayor valor por su dinero durante sus estancias, que pueden ser más largas. Madrid, de Cicotur Anáhuac, señala que las cadenas “Moon Palace y Barceló mantienen un all inclusive muy consistente, con una buena relación precio-calidad”.
De acuerdo con Bezaleel, de Canirac Cancún, este formato presenta un gran reto para los destinos, pues suele convertirse en un refugio para los turistas, que se quedan en el resort durante toda su estadía.
“Debemos encontrar la manera de que, a partir de alianzas con restaurantes y servicios de entretenimiento o culturales, estos conceptos también dejen derrama en el destino y no solo en el resort. El turista de lujo, por ejemplo, gasta en promedio mil 100 dólares por persona por noche, pero si permanece en un hotel todo incluído, el destino recibe derrama”.
LOS NUEVOS VIAJEROS MULTICOLOR
Dentro del catálogo de conceptos para hospedarse, no pueden quedar fuera los hoteles dirigidos a un público específico. Según los entrevistados, estos son los perfiles que están siendo el referente de los hoteleros al planear algunas de sus propiedades.
Pink market
Dirigido principalmente a la comunidad LGBT. Aunque no se tienen cifras precisas, se calcula que el número de personas que se declaran abiertamente en este segmento es de aproximadamente 10 millones, y de ellas, un gran porcentaje tiene una alta capacidad de consumo. “Es de los nichos preferidos por los hoteleros, porque generalmente son parejas de altos ingresos. Una de las ciudades que mejor los ha entendido y atendido es Puerto Vallarta, que incluso tiene una zona entera para la comunidad gay, llamada la Zona Romántica, con una oferta importante de servicios y entretenimiento”, dice McCarthy.
Las experiencias temáticas
La experiencia del cliente siempre ha sido fundamental para la industria turística. Con las nuevas tecnologías y una gama cada vez mayor de opciones para los turistas, mejorar esa experiencia nunca ha sido tan vital. De esta idea han surgido conceptos temáticos que invitan a sus huéspedes a vivir al máximo las atracciones del destino que visitan y a sumergirse en él.
“No será la tendencia con más crecimiento, pero seguirá presente”, explica Francisco Madrid, de la Anáhuac.
El especialista dice que el glamping está creciendo en los destinos de playa. También mencionó el caso de El Cielo, en Valle de Guadalupe, un lugar impactante que juega con el tema de experiencia en torno al vino, o el Banyan Tree que ofrece alta sofisticación en el tema de spa.
Farm to table
Las vacaciones tradicionalmente representan una oportunidad para romper la dieta y disfrutar de lo prohibido, pero el turista moderno ha cambiado y ahora quiere saber que la comida que le sirven es tan saludable como deliciosa. El movimiento de alimentos orgánicos también está afectando las tendencias turísticas, con más restaurantes y hoteles que ofrecen opciones orgánicas y de experiencia. Por ejemplo, ir en una caminata al huerto del hotel para elegir la fruta que desayunarás, o cosechar tus propios frutos de café.
Los que llegan para quedarse
De acuerdo con John McCarthy, no hay que perder de vista una importante tendencia: el mercado de jubilados internacionales que están invirtiendo en propiedades turísticas. “Hoy en día mucha gente se muda, en busca de destinos donde vivir su jubilación, e incluso adultos más jóvenes que pueden manejar sus asuntos profesionales a distancia, gracias a la tecnología, buscan propiedades turísticas para invertir y vivir ahí mientras pasa el invierno en sus países de origen”.
Experiencia local
De acuerdo con McCarthy, también expresidente del Consejo Nacional Empresarial Turístico, la marca Canopy, de Hilton, sabe cómo hacer vivir una experiencia local. “Su propuesta es traer costumbres de la zona a la vida del hotel, la decoración e insumos. Dentro de sus muchas iniciativas está pedir el pan a la panadería de la colonia, o traer al hotel dos veces al día al vendedor de churros o paletas heladas. Es una manera muy interesante de beneficiar a la comunidad”.
Los más fiesteros
“Son jóvenes con alto poder adquisitivo, de 28 a 40 años, que viajan solos o en pareja”, dice MCarthy.
Breathless Resort y Auténtico Vertical son opciones que han entendido a estos turistas, que no quieren parar la fiesta ni un momento, incluso si viajan por negocios.
El primero, una propiedad de AM Resorts, es como un antro 24 horas, un todo incluído pero de lujo, con las mejores marcas de licores, DJs, conciertos y actividades a toda hora. Mientras que Auténtico Vertical ofrece suites de rentas temporales con diseños únicos, grafitis en las paredes, un bar con DJ, mixólogo, fiestas temáticas e incluso un estudio de tatuajes.
Turismo senior
Los viajeros de 60 y más, con un alto poder adquisitivo, son otro nicho interesante. Tienen salud, mucho por vivir y una dinámica particular. “Viajan en temporada baja, no por las tarifas sino porque no quieren las multitudes. Para ellos, los hoteles están desarrollando espacios con accesibilidad, pasillos amplios, cuartos sin escalones ni rampas para hacerlos más transitables y mejorar la movilidad”, explica John McCarthy.
srgs