El hecho de que en México solo 3 de cada 10 profesionistas del área científica o tecnológica (conocidas como STEM, por sus siglas en inglés) sean mujeres, profundiza a priori las brechas del futuro laboral femenino en su conjunto, pero también tiene un impacto negativo en la productividad y competitividad de los estados en los que viven.
Como resultado de un estudio sobre la vocación profesional de las mexicanas, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) reflexionó sobre la necesidad de que las autoridades estatales garanticen que las profesionistas del mañana construyan perfiles atractivos, que les permitan acceder a empleos de calidad, en el contexto de la transformación del mercado laboral hacia una realidad cada vez más tecnológica.
El IMCO midió la brecha de género en la formación de talento científico y tecnológico en el país y encontró que, en todos los estados, las mujeres en carreras STEM tendrían que aumentar en al menos 71 por ciento para alcanzar un nivel similar al que tienen los hombres. Sin embargo, con un crecimiento anual de la matrícula femenina de apenas 4.4 por ciento, México tardaría 37 años para que el número de mujeres que estudian estas carreras sea similar al que tienen los hombres hoy; para 24 entidades, lograr la paridad en STEM implicaría duplicar la cantidad actual de mujeres.
Esta tarea no se logrará en el corto plazo. Las brechas empiezan en la infancia, con la falta de modelos a seguir —en gran parte porque sistemáticamente se tiende a minimizar los logros femeninos en estos campos— y la creencia de que “los hombres son más listos” impuesta por temas socioculturales; es justo ahí donde los estados deben implementar estrategias locales de largo plazo para devolver a las niñas la confianza, propone el IMCO, de manera que ellas se interesen en estas áreas de estudio.
Para ello, el IMCO sugiere que desde sus planes de desarrollo los gobiernos estatales impulsen a las mujeres a estudiar programas STEM; que inviertan en mapear las acciones vigentes, públicas y privadas, y derriben las barreras que evitan que la mujeres estudien carreras de estas áreas; asimismo, que trabajen en las acciones que propongan el sector privado y la sociedad civil para atender las principales áreas de oportunidad del estado.
SGS