La expectativa se cumplió con creces. El turismo nacional llega por fin a su reunión anual 45 —esa que se pospuso pocos días antes de su inicio hace 21 meses— en Mérida, con la buena noticia de que cerrará este año con un PIB Turístico de 8.4 por ciento, “tan solo tres décimas por abajo del 8.7 por ciento que teníamos antes de la pandemia”, afirma el secretario de Turismo federal, Miguel Torruco Marqués.
Aunque agradable, no deja de ser sorpresa. En lo más profundo de la crisis provocada por la pandemia, cuando la operación aún estaba a 30 por ciento de su capacidad en hoteles y restaurantes, la industria turística veía a la vacunación masiva como la solución de fondo al problema y ponía su esperanza de recuperación en 2023. Hoy, Torruco Marqués se sorprende a sí mismo con las cifras, a dos meses de que termine el año.
¿Entonces la recuperación llegará un año antes de lo esperado?
Sí, eso es lo que se ve con los números que tenemos (al cierre del tercer trimestre): 31 millones de turistas internacionales, una derrama de 18 mil 100 millones de dólares (mdd), un consumo turístico de 122 mil mdd y una ocupación que será de 46 por ciento en promedio anual acumulado. Esa es la expectativa al cierre del año y significa que para el próximo podríamos empezar a retomar los niveles de 2019.
No solo eso. También se siguen generando inversiones, no se han frenado hasta hoy. Seguimos rebasando los 22 mil nuevos cuartos de hotel al año, así que sin duda vienen épocas mejores.
Suena a un panorama optimista...
Es común que solo recuerden las cifras más dramáticas, como que perdimos un millón de empleos, por ejemplo, y les digo: no hay que ser injustos, hay que ver también cuánto se ha recuperado y cuánto es el saldo que falta. Caímos a 6 por ciento en el PIB turístico, sí, pero también ha habido una recuperación de más de diez puntos y ya casi vamos a emparejarlo. Hubo un gran estancamiento, pero también una gran evolución porque las acciones que llevamos a cabo surtieron efecto, al grado de que no tocamos fondo como lo tocó la competencia internacional.
¿Cuál considera el más grande acierto?
Que no nos quedamos con los brazos cruzados. Primero llevamos a cabo el protocolo para los turistas varados, porque cuando se dio la emergencia había mexicanos en el extranjero y también extranjeros en México. También aceleramos, en coordinación con las cúpulas empresariales y las asociaciones especializadas, y con el visto bueno de la Secretaría de Salud, los protocolos biosanitarios. Fuimos el primer sector que logró hacer cinco protocolos, que fueron tan completos que incluso los transmitimos a nuestros colegas de Centro, Sudamérica y Caribe desde la Comisión Interamericana de Turismo de la OEA, que tengo el honor de presidir.
Además recibimos la orden presidencial de no restringir los vuelos internacionales hacia nuestro país y mantener la política de no endeudamiento; tuvimos ciertas críticas sobre esto, pero igual seguimos haciendo el trabajo, estuvimos en contacto con los tour operadores, hicimos más de 100 conferencias virtuales y les enviamos videos de México te Espera, Quédate en casa, entre otras cosas.
Lo Dice...“Se nos criticó de que ‘llegaron los viejitos’. pues hoy ‘Los viejitos y las viejitas’ pasaremos a la hist oria por haber puest o la digitalización en muchas áreas de la administ ración pública federal”
Desde luego hubo pérdidas tremendas. A nivel mundial, de acuerdo con la última cifra de la Organización Mundial de Turismo (OMT), hubo una contracción de 73 por ciento de las corridas turísticas; sin embargo, México se contrajo solo 46 por ciento, ¿qué quiere decir?, que no tocamos piso.
Entendemos que es coyuntural, pero pasamos, y próximamente dará a conocer la cifras la OMT, del séptimo al tercer sitio, tan solo por abajo de Francia e Italia, en la lista de los países más visitados.
¿Cómo cambió el turismo estos 20 meses?
Cambió el perfil del turista internacional y cambió la política turística de las naciones, así que hubo que adaptarse a los nuevos tiempos. Por ejemplo, el segmento de alto poder adquisitivo de Estados Unidos empezó a visitarnos. Antes, ellos respondían a sus raíces: si la madre o la la abuela o el abuelo eran de Escocia o de Irlanda, preferían pasar su gran vacación en el reencuentro y luego ya tomarse otro tour para las compras a otro lugar. Igual pasaba con los canadienses y sus raíces británicas o francesas. Pero con el covid- 19 ahora viajan un promedio no mayor a cuatro horas y media, y eso nos benefició: por el radio de acción y por el clima, la gastronomía, y sobre todo porque de boca en boca se pasó que tenemos estrictos protocolos biosanitarios consolidados por el sector privado, voltearon a ver nuestros destinos. Las últimas cifras que tenemos muestran un incremento del turismo estadunidense con relación al año pasado de 113 por ciento. Ese segmento va a seguir viniendo.
¿Cuál es la expectativa en ese sentido?
Este segmento que no venía a nuestro país y lo redescubrió, gasta más. En 2018 cerramos en el lugar número 17 en captación de divisas y en 2020 pasamos al 14. Este año trabajamos para mantener el ritmo, y podemos, con lo que estamos haciendo en materia de política turística, ampliar nuestro ámbito de acción y ya no ser tan dependientes de solo seis plazas de vocación turística, ni depender de dos países emisores. Estamos dando respuesta con la creación de nuevos productos de desarrollo regional como el Tren Maya; el rescate de la Bahía de Chetumal, con su nuevo aeropuerto, el Malecón caribeño y el apoyo fiscal de zona libre; el aeropuerto de Creel para llegar a las Barrancas del Cobre; el desarrollo ecológico en la Huasteca potosina y el acuario de Mazatlán o la carrera El Pescado de Moctezuma, que impacta con derrama a seis estados por donde pasa, y así, en cada estado o región tenemos nuevos productos ancla... Y también seguimos con el Tianguis Turístico para la promoción de todo esto.
¿Cómo fue reactivar el Tianguis Turístico?
Nunca se me va a olvidar ese 11 de marzo. Ya teníamos todo armado el Tianguis Turístico en Yucatán, con cifras muy importantes que rebasaban las de 2019, y entonces cae el balde de agua fría, cuando la Organización Mundial para la Salud declaró la pandemia.
En ese momento, cuando ya se hablaba de próximas cancelaciones de vuelos, lo primero que pensé fue que con la declaración de que se posponía el Tianguis, iban a caer como naipes más de 200 convenciones en el país. ¿Y si al final resultaba un catarrito sencillo?
Entonces le hablé al gobernador, Mauricio Vila, y decidimos posponerlo de marzo a septiembre. No fue un catarrito y al final se complicó la situación hasta pasarlo para este año. Pero tuvimos la iniciativa de sustituirlo por el Tianguis Digital y fue una buena solución. Fuimos el único país que no canceló, sino que innovó.
Han dicho que se seguirán haciendo ambas versiones. ¿Qué aporta cada una?
Aportan lo mismo, porque en ambos hay áreas de conferencias, seminarios, mesas redondas, pero también las zonas para negociación de oferentes y demandantes, donde se desarrolla y se consolida el negocio; entonces se complementan. Desde luego se diferencian en la plataforma, uno da comodidad de hacerlo sin viajar y el otro brinda la experiencia de estar viendo el lugar, de disfrutar la gastronomía y el patrimonio turístico de cada lugar donde se lleva a cabo el Tianguis.
Este año también tomaron relevancia los Pueblos Mágicos y su digitalización.
Sí, claro. Además de la intervención de Sedatu y la Secretaría de Comunicaciones, hay un acuerdo para digitalizar los pueblos mágicos, y poco a poco vamos a entrarle a la era del nuevo concepto de comercialización turística por la vía digital. Antes de la pandemia 55 por ciento de las compras se consolidaban a través de las redes sociales, hoy es 75 por ciento. Quien no esté a la par del avance de la tecnología, se queda rezagado.
Entonces, si bien es cierto que somos el segundo gabinete más longevo en la historia, después del de Porfirio Díaz, y al inicio se nos criticó de que “llegaron los viejitos”, pues hoy “los viejitos y las viejitas” —y sus honrosas excepciones—, pasaremos a la historia por haber puesto la digitalización en muchas áreas de la administración pública federal.
srgs