Era la mañana de la navidad cuando le escribí un mensaje por Whatsapp a mi dentista. Sabía que por la fecha sería difícil localizarlo, pero mi mejilla derecha estaba tan inflamada y tenía un dolor tan punzante que iba de la boca a la cabeza, que no me importó molestarlo.
La respuesta del odontólogo fue casi inmediata. Me preguntó más detalles para determinar la gravedad del caso y me solicitó una fotografía de mi perfil para ver la inflamación; recomendó unas pastillas para aminorar el dolor durante ese día y me citó a primera hora del siguiente en la clínica donde me atiende, que es de Dentimex.
En mi cita me tuvieron que extraer dos muelas y a partir de ese día inicié un largo tratamiento bucal, que se detuvo en seco con la llegada de la pandemia de coronavirus (covid-19) al país.
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Desde que se declaró la emergencia sanitaria, mi dentista de cabecera, Christian Tejeda, tuvo que postergar todas las citas médicas dentales que tenían desde el 27 de marzo y a la fecha continúa sin operar.
La llegada de la nueva normalidad es un gran reto para todos los odontólogos del país, puesto que esa profesión es considerada de alto riesgo de contagio por parte de la Secretaría de Salud. Hasta el cierre de junio, al menos 203 dentistas del sector público y privado se habían contagiado ya de covid-19.
“La primera profesión que corre riesgo de contraer algún tipo de infección es la de los odontólogos, porque trabajamos a menos de un metro de las personas y dentro de la cavidad oral, una zona siempre húmeda, que contiene una amplia gama de bacterias”, dice Tejeda.
La aparición del covid-19 traerá cambios significativos en el trabajo odontológico. “Definitivamente cambiará el mundo en los próximos años, debido a las características altamente contagiosas del virus”, dice Enrique Grageda, doctor en Odontología de la UNAM.
Además, señala que mientras la curva de contagios dentro del país siga tan alta, existe una gran posibilidad de transmisión de la enfermedad, “ya sea del dentista al paciente o viceversa, incluso de paciente a paciente o entre el personal”, dice el especialista.
Por ello, uno de los protocolos a seguir dentro de la nueva normalidad en los consultorios dentales será que, antes de atender físicamente a un paciente, se realizará un cuestionario vía telefónica, y si este presenta síntomas de covid-19, se remitirá a los números del gobierno como primer filtro antes de atender el malestar dental.
Otro cambio que están realizando los odontólogos es la optimización de todas las medidas de protección para evitar tener contacto con la saliva de sus pacientes y, a su vez, brindarles seguridad.
Tejeda dice que en las clínicas Dentimex se están adecuando los servicios para brindar atención de manera regular, aunque todavía no tienen fecha de reapertura. También señala que se cumplirá al pie de la letra con la Norma Oficial de la Secretaría de Salud, NOM-013-SSA2-2015, para la prevención y control de enfermedades bucales. “Debemos tener en cuenta que los dentistas aplicamos todas las medidas de higiene y desinfección al momento de trabajar, pero ante la pandemia, tenemos la responsabilidad de reforzar las medidas preventivas universales, como el lavado de manos”, dice el cirujano dentista. Respecto al tratamiento al que someten el instrumental con el que se atiende a los pacientes en el consultorio, Enrique Grageda, de la UNAM, aclara que las barreras de protección y esterilización de instrumentos, así como la sanitización de toda el área de trabajo serán las de rutina, pues siempre se mantiene la limpieza y desinfección del equipo entre consultas para evitar el contagio de otras enfermedades.
Oftalmólogos en línea
Por otro lado, también los servicios oftalmológicos se vieron afectados por los cierres por la pandemia. Las clínicas de SalaUno cerraron su operación física desde finales de marzo, pero encontraron una oportunidad en la telemedicina, es decir, la atención vía remota a través de sesiones online.
Carlos Orellana, CEO de la compañía mexicana, dice que durante el periodo de confinamiento se realizaron más de 1,000 teleconsultas, y considera que con este modelo digital la actividad crecerá de manera exponencial, además de que al no estar restringido por la infraestructura física, podrá llegar a zonas muy remotas del país.
Ya con el semáforo en color naranja y la entrada de la nueva normalidad, SalaUno abrió las puertas de sus 21 clínicas y su centro quirúrgico, con el compromiso de respetar la sana distancia y las medidas de seguridad necesarias para preservar la salud de sus pacientes.
“Las clínicas cuentan con un amplio protocolo de prevención y limpieza con acciones como: sanitización de consultorios, aparatos y áreas públicas, y en el acceso”, dice Orellana y añade que se tomará la temperatura a los pacientes antes de ingresar.
Para agilizar las consultas físicas, SalaUno dispone del servicio de Orientación Médica Oftalmológica en línea en la Ciudad de México y área metropolitana, “los pacientes recibirán un primer diagnóstico vía telefónica o por videollamada, para detectar el padecimiento de forma oportuna”, dice Orellana.
Con esto, SalaUno pretende evitar la concentración de personas en sus clínicas, atender padecimientos simples via re- mota y ofrecer consultas físicas ágiles y seguras.
srgs