Por el derecho a defender la tierra

Mujeres 2022

Las mujeres producen 60% de los alimentos del mundo, pero solo poseen 2% de la tierra que trabajan y protegen, y eso limita su autonomía económica, acceso a recursos y participación política.

Acompañar a estas mujeres que luchan por sus derechos y usan prácticas amigables con el planeta es un orgullo y una responsabilidad intrínseca de Fond
Tania Turner
Ciudad de México /

En el marco del Día Internacional de la Mujer, en la agenda pública se intensifica el debate en torno a las condiciones de desigualdad que aún enfrentan las mujeres. En ese debate, es importante ver las intersecciones de clase, raza y ubicación geográfica que suman desigualdades y profundizan condiciones de precarización e injusticia. Por ejemplo, no siempre se voltean a ver las dificultades de las mujeres que viven en regiones rurales y que conviven, en muchas ocasiones, con costumbres arraigadas que reproducen y exacerban dichas condiciones de desigualdad.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) informó que las mujeres producen 60% de los alimentos del mundo; sin embargo, solo son dueñas de 2% de las tierras. Así, la propiedad de la tierra se convierte en un elemento fundamental para la igualdad en el acceso, no solo a recursos, sino también a la participación política.

En México, las leyes ejidales y comunales sobre la propiedad de la tierra solo dan voz y voto en las asambleas donde se toman las decisiones sobre la tierra a las personas propietarias de la misma. En tanto que, en muchas comunidades del país, por su condición de género, las mujeres no pueden tener la titularidad de la tierra aunque la trabajen, esto implica que tampoco tienen poder en la toma de decisiones sobre la misma.

Esta situación perjudica a las comunidades y a todo el país, porque se excluye e invisibiliza la perspectiva y experiencia de las mujeres sobre el espacio en que viven. Su visión complementa la que tienen los hombres en las comunidades y la robustece, integrando dimensiones que toman en cuenta lo social con lo ambiental, por la condición histórica del cuidado familiar del que han sido parte. Además, las perjudica directamente, al limitar sus posibilidades para tener autonomía económica.

Sin duda, urge mejorar sus condiciones y garantizarles lo que por derecho les corresponde. Para esto, existen organizaciones de mujeres enfocadas en revertir esta situación de desventaja.

Desde hace 30 años en Fondo Semillas hemos dado financiamiento, acompañamiento y fortalecimiento a más de 1000 organizaciones y colectivos de mujeres. A finales de 2021 lanzamos la campaña “¡A Toda Madre… Tierra!”, cuyo propósito es reunir un millón de pesos para continuar apoyando a mujeres defensoras de los recursos naturales en Campeche, Puebla, Jalisco, Oaxaca, Chiapas y otras entidades del país.

La respuesta ha sido positiva; a la fecha llevamos recaudados más de 600,000 pesos, pero aún falta para llegar a la meta.

Entre las organizaciones que apoyamos se encuentra Tosepan Pajti, una cooperativa de Puebla que trabaja con familias nahuas de Cuetzalan, fomentando prácticas para mitigar las consecuencias del cambio climático y, a la vez, contribuir a la salud y calidad de vida de las personas de la comunidad mediante la implementación de huertos familiares y comunitarios de traspatio, y la recuperación de saberes tradicionales, entre otras actividades que les ayudan a garantizar la soberanía alimentaria de las comunidades que habitan.

Una de las preocupaciones de los grupos de mujeres de Chiapas, Jalisco, Puebla y Campeche es la deforestación por parte de monocultivos e industrias extractivas. De ahí su lucha diaria para mitigar las afectaciones que estas prácticas tienen sobre el medioambiente y las comunidades locales.

Ejemplo claro de esto son las hectáreas de bosques que se deforestan para responder a la demanda internacional de aguacates y moras. De acuerdo con la FAO, tan solo en 2020, México perdió 127,770 hectáreas de bosque, una cifra muy alta tomando en cuenta que en el periodo de 2010 a 2015 se registró una deforestación promedio de 91,600 hectáreas anuales.

Acompañar a estas mujeres que luchan por sus derechos y usan prácticas amigables con el planeta es un orgullo y una responsabilidad intrínseca de Fondo Semillas. Para lograrlo, es indispensable el apoyo de la sociedad en su conjunto. Por eso, de cara al Día Internacional de la Mujer, invitamos a todas las personas a sumarse en el esfuerzo de impulsar a todas estas mujeres.

GAF

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