Tuvieron que pasar casi dos semanas para que Juan Garduño acudiera al médico por un dolor en la espalda baja, durante ese periodo su esposa le insistía: “vamos al doctor para que te revise, no vaya a ser algo grave”. Pero él, así como un sinfín de mexicanos, optó por un remedio casero para disminuir las molestias.
Cuando Garduño llegó al hospital iba en un grito, además de que ya no podía orinar. De inmediato, el médico de la familia le hizo estudios y determinó que tenía una piedra en el riñón y debía ser intervenido con carácter urgente.
“Los hombres tienden a prestar poca atención a su salud, por lo que acuden con menor frecuencia al médico, y cuando lo hacen es porque están ya muy enfermos, con síntomas graves y varias complicaciones”, dice Luz María Moreno, del Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina de la UNAM.
Según datos de la Secretaría de Salud, solo 35% de las personas que acuden a los servicios de medicina preventiva son hombres. Esto se debe a que la cultura de prevención está mayormente dirigida a las mujeres, dice Moreno y subraya que en México los hombres viven en promedio cinco años menos que ellas.
Sin importar la edad, los hombres deberían prestar más atención a su salud, ya que, si se les compara con las mujeres, son más propensos a fumar, beber y retrasar por meses y hasta años los chequeos médicos, dice Armando Castro, Urólogo del Centro Médico ABC.
35%de las personas
que acuden a una consulta médica en México son hombres
Para cambiar eso, de acuerdo con los especialistas, los hombres deben procurar un estilo de vida saludable que incluya no fumar, no consumir alcohol o hacerlo con moderación, seguir una dieta equilibrada, realizar actividad física diaria de al menos 30 minutos y consultar regularmente al médico por cualquier molestia y por las condiciones de salud que les afectan solamente a ellos, como el cáncer de próstata y bajos niveles de testosterona.
“Es sabido que desde la alimentación que llevamos y el monitoreo periódico de nuestra salud podemos advertir cualquier tipo de padecimiento y controlarlo antes de que el diagnóstico se complique o incluso sea fatal”, dice Castro, del ABC, además de que existen cuidados precisos que deben tomar en cuenta los varones para gozar de una vejez más saludable.
Revisión oportuna
Una encuesta realizada por Cleveland Clinic, un centro médico académico sin fines de lucro con sede en Ohio, confirma lo común que es para ellos evitar al médico: solo la mitad de los 1,174 hombres adultos encuestados dijeron que se someten a chequeos con regularidad. Además, 72% indicaron que preferirían realizar labores domésticas, como limpiar el baño, en lugar de consultar a su médico.
Si bien muchas mujeres también preferirían limpiar un poco la casa, es más probable que ellas programen chequeos periódicos, menciona la doctora Moreno.
La diferencia entre ambos sexos, opina la especialista, se debe en parte al hecho de que las mujeres “se integran desde una edad temprana al sistema de cuidado de la salud, al ver a ginecólogos, y adquieren el hábito de las citas anuales. Mientras que los hombres, a menos que algo ande realmente mal, podrían no ir al médico para hacerse exámenes de detección rutinaria sino hasta cumplir 40 y tantos años”.
Lo más recomendable, según los especialistas, es que los hombres se hagan un chequeo rutinario en años alternos mientras transitan de los 20 a los 39 años, y luego uno anual cuando cumplan 40 o más. “Si no existen antecedentes familiares, deberían comenzar a hacerse exámenes de detección para cáncer de colon o próstata cuando están a principios de sus 50 años. La frecuencia dependerá del nivel de riesgo del paciente”, afirma Castro.
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Cuestión de honor
Según la encuesta de Cleveland Clinic, a algunos hombres simplemente no les gusta hablar sobre su salud, incluso cuando visitan a un médico. 1 de cada 5 admitieron que no habían sido totalmente honestos durante la consulta. Las razones comunes incluyen sentirse avergonzados o incómodos al hablar acerca de ciertos problemas y no querer que les digan que deberían cambiar su dieta o su estilo de vida.
Algunos dijeron que no habían mencionado algo que los inquietaba sobre su salud porque no estaban preparados para enfrentar un diagnóstico difícil, o porque no querían que los juzgaran. Una cuarta parte de los hombres encuestados dijeron que se han “sentido juzgados” por sus médicos de cabecera.
Los hombres consideran que los problemas de salud son una grave amenaza a su masculinidad. “Tiene que ver con los estereotipos de género: a los hombres se les enseña que deben ser fuertes y no mostrarse vulnerables”, dice Moreno.
Esta situación explicaría, en parte, por qué los hombres son hospitalizados con más frecuencia que las mujeres en México (40.3% contra 27%, según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición ) para el tratamiento de enfermedades no quirúrgicas.
Para ellos acudir a los servicios de salud significa ser frágiles y no mostrar fortaleza es atentar contra su masculinidad; aceptarse enfermos implicaría socabar su autoridad ante la familia y la sociedad, indicó la especialista.
Por su parte, Armando Castro dice que los hombres mayores no están muy dispuestos a hablar sobre temas como la disfunción eréctil ni los problemas urinarios. Sin embargo, estos son síntomas significativos que deben tratarse, ya que la disfunción podría indicar otros problemas de salud, como enfermedades del corazón o una diabetes mal controlada.
Y si bien los problemas para orinar pueden ser normales a medida que la próstata aumenta de tamaño a causa de la edad, agrega Castro, también pueden ser causados por un tumor; descubrirlo temprano puede ser de gran importancia para el éxito del tratamiento.
“Por eso es que alentamos a los hombres a que vengan antes de que tengan síntomas”, dice el urólogo del ABC, a quien, cuando habla con los hombres sobre su atención médica, le gusta dar un ejemplo basado en automóviles: “Tú rotas las llantas, cambias el aceite... Lo que no quieres hacer es esperar hasta que salga humo por el capó y el auto deje de funcionar. Lo mismo aplica a la salud de los hombres”.
GAF