La pandemia de covid-19 alteró la vida de casi todos: muchas compañías adoptaron el trabajo remoto junto con sus empleados; las personas hicieron algo cotidiano de las compras en línea y el uso de las nuevas herramientas de inteligencia artificial. Y en medio de este boom tecnológico, el rumbo para los emprendedores mexicanos también cambió.
A principios de 2021, cuando el país aún lidiaba con los estragos de la crisis sanitaria, Ulrick Noel, fundador de la Asociación de Emprendedores de México (ASEM), y que hoy dirige el Instituto de Emprendimiento del Tecnológico de Monterrey, dijo que la digitalización había dejado de ser una alternativa para las pequeñas y medianas empresas (Pymes). “Es un requisito indispensable para su sobrevivencia y crecimiento”, afirmó entonces, y agregó que los negocios con mayor adopción digital fueron los que menos resintieron la crisis económica pospandemia.
El tiempo le dio la razón: actualmente, 88 por ciento de las Pymes mexicanas tienen presencia digital —tiene página web o en alguna red social y/o una app—, de acuerdo con la última “Radiografía del Emprendimiento”, de la ASEM, frente a menos de 50 por ciento antes de la pandemia. Además, 75 por ciento de los entrevistados dijo que utiliza herramientas o servicios digitales integrados en sus procesos y poco más de la mitad realiza ventas en línea.
“El riesgo más importante que corren los emprendedores es quedarse fuera del uso de tecnología”, dice Juana Ramírez, presidenta del Consejo Directivo de la ASEM y agrega, “quien no la utilice se va a quedar fuera de la conversación de su mercado o servicio”.
La especialista señala que la adopción tecnológica impulsa a las organizaciones en términos de competitividad, les permite llegar a más usuarios y facilita su supervivencia en el largo plazo, en un momento de incertidumbre económica y luego de una crisis que llevó a muchas compañías a la quiebra.
“No importa si estamos hablando de un médico, un abogado, un contador o una empresa que tiene proyectos de belleza o retail: quien no se suba a la ola digital, va a desaparecer”, dice Ramírez.
Pese a los avances logrados, aún hay muchos retos por superar. De inicio, 1 de cada 4 Pymes todavía no incorpora alguna herramienta digital a sus operaciones, según el estudio de la ASEM.
Por su parte, la consultora KPMG encontró que, para 83 por ciento de las compañías en el país, la innovación se volvió un tema más relevante tras la pandemia de covid19, pero la mayoría aún estaba en una fase inicial en este rubro y solo 3 por ciento había alcanzado la madurez, de acuerdo con su más reciente “Panorama de la innovación en México y Centroamérica”.
“A partir del covid-19 sí ha habido una evolución de las Pymes, (pero) más como una respuesta al covid y para ajustarse a la experiencia y las necesidades de los clientes”, dice Jorge Gutiérrez, director del Insights Center de KPMG Ignition en México y Centroamérica. “Las Pymes que más han respondido a esa necesidad del consumidor son las que hoy están en mejores condiciones para competir a futuro”.
Contrario a lo que podría pensarse, la digitalización no implica grandes inversiones, ya que estas son proporcionales al tamaño de cada empresa, dice Juana Ramírez. En este sentido, pueden incorporar la tecnología en función de sus necesidades (por ejemplo, 12% de las Pymes en el país utiliza algún tipo de chatbot de inteligencia artificial para vender sus productos, lo cual puede ser muy útil para firmas del sector de servicios, pero menos para el agrícola o manufacturero).
Lo importante es que cada Pyme, desde su trinchera, se decida a dar el paso para no quedarse atrás.
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