El año 2020 fue uno que millones de mujeres queríamos que fuera recordado por un cambio en contra de la violencia de género y específicamente en contra del feminicidio, sin embargo, la pandemia no solamente vino a interrumpir las manifestaciones que prometían ser las más grandes y heterogéneas en la historia de nuestro país y gran parte del mundo, sino que desgraciadamente regresó a muchas de las mujeres que buscaban que acabara la impunidad y el maltrato al encierro, precisamente con sus agresores.
Muchas levantamos la voz, de diversas maneras. Todavía el 20 de febrero de este año, en la mesa de Milenio TV en la que Azucena Uresti une las voces de mujeres en la política y el acontecer social, se habló sobre algunos de los obstáculos que había para que las mujeres sintieran el derecho y la seguridad de salir a las calles para gritar “Ni una más”. “Esto no es de izquierda o de derecha”, aclaró en su momento Xóchitl Gálvez.
“Este infierno que vivimos las mujeres tiene que ver con cultura, con costumbres, con machismo, y de lo que se trata es de decir ‘párale’. No me dañes. Porque toda esta violencia acaba en el homicidio”.
Si aun cerrando este año ha resultado casi imposible que la figura de “feminicidio” y sus razones de ser se reconozcan con todo su peso (incluso por la presidencia de la República), la mayoría de las personas que pretenden que este solo es un juego de semántica, y no un crimen arraigado en el machismo, la oportunidad, el odio y el abuso, siempre apuntan a las leyes.
Leyes que, como explicó en su momento la senadora Marcela Guerra, son ineficientes y completamente irregulares.
“Aumentar las penas no va a evitar el delito. Las leyes son completamente disparejas según los estados, ya que no es lo mismo cometer un delito de feminicidio en Nuevo León que en Chiapas o en Morelos”.
Muchas cosas han cambiado con los años, aunque desgraciadamente las cifras de violencia y feminicidio solo han ido al alza en nuestro país. Si bien la marcha con la que buscábamos iniciar una nueva y mejor era, haciendo que todos se dieran cuenta de lo que sería “Un día sin ellas”, tuvo una convocatoria brutal, en gran parte por las redes sociales, el impulso se detuvo ante la llegada de covid-19 a nuestro país.
Sin embargo, de lo aprendido antes de eso habló la diputada Ruth Zavaleta en la mesa de Milenio TV. “Yo creo que sí ha funcionado la presión pública, porque no es lo mismo que un hombre crea que no habrá ninguna consecuencia por violentar a una mujer, a que piense que lo pueden evidenciar en las redes sociales, como ha estado sucediendo”.
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Víctimas y nombres
Mencionar algunos de los casos más sonados nunca debe ser tomado como excepción, sino como historias de mujeres y niñas igual a cualquiera de nosotras y de las nuestras. Muchos deben pensarse como “cifras oficiales” que usualmente surgen de denuncias o incluso llamadas de emergencia. Y sí, por las redes sociales nos hemos enterado de casos trágicos como el de la pequeña Fátima de 12 años, violada y asesinada por sus vecinos de toda la vida. Poco a poco se va des- velando esta trágica historia hasta levantar a tantos de su pasividad, hasta salir a las calles a clamar justicia.
Mapa de feminicidios
“Yo te nombro” es la manera en que la geofísica María Salguero quiere que leamos y sepamos primero antes de entrar a lo que muchas consideramos el trabajo más cuidadoso, con causa y preciso, respecto de las cifras de mujeres asesinadas a manos de uno o varios feminicidas.
El trabajo de María es impecable porque su fin es dejar claro, por zona, edad e incluso ocupación, dónde corremos más peligro las mujeres. Más relevante aun, para entender el tamaño de la tragedia, es la relación de la mujer con su asesino.
Los periodistas siempre estamos en busca de cifras y queremos poner todo en términos muy digeribles, pero después de un rato entendiendo el mapa de María, me queda claro que no podemos medir esto con números o porcentajes. Esa es la mejor forma de entumecernos.
Por ello este 2020 hubo tantas personas que se mostraron más indignadas por paredes pintadas que por mujeres acribilladas. Y por mujeres como María y tantas más, el silencio que este año grita cuánto han aumentado las mujeres agredidas en el encierro, no se queda en una cita de conferencia de prensa gubernamental. Así es, muchos recordarán el 2020 por la pandemia, pero para muchas y muchos más, fue una pesadilla y un impulso para que algún día no sea necesario volver a pensar en “Un día sin ellas”.