Everardo González prepara un documental que llevará a la pantalla el tráfico de armas y la construcción del sicariato en México, para el cuál contó con la participación de jóvenes que, desde su experiencia de vida, compartieron con el realizador sus vivencias.
“Este es un proyecto que habla del encuentro de las armas y los jóvenes de México, el tráfico de armas y la construcción del sicariato”, comentó Everardo González a M2, sobre el proyecto documental que por ahora está en una pausa debido a la pandemia.
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“Son traficantes de varios lugares del país que usaron varias rutas de tráfico de armas, chicos del Estado de México y de la Ciudad de México, pero lo que falta por filmar será en la ruta del tráfico de armas: Texas, Arizona, Chihuahua, Sonora y Tapachula”, agregó.
A través de una videollamada con motivo de la proyección de su más reciente documental titulado Yermo en la decimoctava edición del Festival Internacional de Cine de Morelia, el cineasta abundó en el contenido de la historia que verá la luz el próximo año.
“He ido entendiendo por qué hay tantas armas en México y no solo se lo debemos al narcotráfico, sino también a la corrupción del ejército, de los cuerpos policiacos, a las guerrillas, a la vecindad con Estados Unidos, no todo es culpa de los gringos”, dijo.
Mientras este documental encuentra salida ante la pandemia, Everardo compite con Yermo por el premio a Mejor Documental en el Festival Internacional de Cine de Morelia, el cual filmó en los desiertos de diez países y que se puede ver gratis en Cinépolis click.
Con Yermo, Everardo se alejó de la violencia que había captado para otros documentales como La libertad del diablo y El paso, “fue una especie de respiro, de pronto vale la pena voltear a ver las bondades del mundo y del ser humano que no solo es depravación”, dijo.
Filmar en los desiertos más inhóspitos representó varios retos que Everardo sorteó de la mejor forma, para lograr un retrato de los usos y costumbres de las poblaciones que visitó, pero también para hacer un ejercicio de crítica al género documental.
“Es muy difícil filmar en medio de una tormenta de arena, la arena raspa como cuchillas, se mete en el tripié, lastima la óptica. En Atacama, a 5 mil y tantos metros de altura tuve que cargar solo el equipo, caminar las dunas a 45 grados Celsius es muy físico”, dijo.
“Estar en el desierto te obliga a hacerlo con pausa, también es complicado la comida, sobre todo en el Gobi, donde no hay nada de civilización en kilómetros, yo podía pasar por kilómetros y no encontrar un alma hasta que en algún lugar comías cordero hervido, porque era lo único que había”, recordó sobre el viaje que realizó por diez países.
Yermo es una propuesta cinematográfica que surgió de la invitación que el artista visual Alfredo de Stefano le hizo a González para captar parte de su trabajo en los desiertos; se filmó tanto material posible que terminó por convertirse en un documental.
PJG