El tan esperado regreso de Francis Ford Coppola al cine ha generado una mezcla de anticipación y polémica con su nueva obra, Megalópolis.
Después de décadas de desarrollo, el maestro detrás de clásicos como El Padrino y Apocalypse Now vuelve a la dirección con un proyecto que estuvo en el limbo durante años.
Financiada por el mismo Coppola, esta película ha sido objeto de intensas críticas desde sus primeras proyecciones, con un debate en torno a su narrativa, ambición y ejecución.
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¿De qué trata Megalópolis?
La idea original de Megalópolis fue concebida por Coppola en 1977 y comenzó su desarrollo activo en 1983. Aunque se planificó su filmación en 1989, el proyecto se pospuso varias veces debido a la priorización de otros trabajos por Coppola y a la situación de Hollywood tras fracasos de taquilla.
Después de reavivar el proyecto en 2001 y realizar lecturas de mesa, Coppola decidió autofinanciar la película, vendiendo parte de su bodega en California para invertir 120 millones de su propio dinero.
Durante el rodaje, Coppola adoptó un estilo experimental que permitió la improvisación, lo que generó divisiones en el equipo y comparaciones con sus producciones anteriores desafiantes.
Descrita como una fábula por el mismo director, Megalópolis es una película épica de ciencia ficción, escrita, dirigida y producida por Francis Ford Coppola.
Ambientada en una versión imaginaria de los Estados Unidos modernos, la trama sigue al visionario arquitecto César Catilina mientras se enfrenta al alcalde Franklyn Cicero en su lucha por determinar cómo reconstruir la metrópolis de Nueva Roma tras un desastre devastador.
La película establece paralelismos entre la caída de Roma y el futuro de Estados Unidos, inspirándose en la Conjuración de Catilina del 63 a.C., que incluye a personajes como Catilina y Cicerón.
La conexión de César con el tiempo y el misterio de Megalón
A partir de aquí hablaremos con spoilers. La manipulación del tiempo es un elemento central en la historia, y la habilidad de César para controlar este fenómeno está estrechamente vinculada a su relación con Megalón, una sustancia enigmática que desempeña un papel fundamental.
César tiene la capacidad de detener y manipular el flujo temporal, pero esta habilidad no es absoluta; depende de su estado emocional. Cuando la desesperanza lo consume y comienza a dudar de su misión, pierde la capacidad de alterar el tiempo.
Solo cuando Julia lo inspira a recuperar la fe en un futuro mejor para Nueva Roma, sus poderes regresan, lo que destaca cómo la esperanza es esencial para su conexión con el tiempo.
¿Qué es el Megalón?
Megalón, creado por César tras la muerte de su esposa, es mucho más que una simple herramienta; es una sustancia misteriosa que responde a sus emociones y aspiraciones.
Sus propiedades extraordinarias permiten no solo la curación y el control del tiempo, sino que también le otorgan la capacidad de adoptar diversas formas, como estructuras o caminos, para adaptarse a las necesidades de su creador.
A lo largo de la trama, se revela que Megalón evoluciona en sincronía con los humanos, lo que lo convierte en la base de la utopía soñada por César. Es el pilar sobre el cual construye Megalópolis y un medio para enfrentar sus propios traumas.
La película muestra cómo este material no solo transforma la ciudad, sino que también juega un papel clave en el proceso de sanación y crecimiento personal del protagonista, subrayando la relación simbiótica entre César y la sustancia que ha creado.
Final explicado: ¿Logra César abrir Megalópolis?
En el desenlace de la cinta, César finalmente logra inaugurar su anhelada utopía, Megalópolis, permitiendo que todos los ciudadanos de Nueva Roma puedan acceder a ella.
Tras superar una serie de obstáculos, como la traición de su propia familia y la resistencia de las élites, César consigue ganarse la confianza del pueblo.
Así, cumple su promesa de ofrecer una ciudad donde la gente pueda prosperar sin estar bajo el dominio de políticos corruptos o los intereses de las clases adineradas.
El alcalde Cicero al final cede ante el sueño de César, impulsado por su esposa y por el nacimiento de su nieta, por lo que ambos logran hacer sus diferencias a un lado.
El giro inesperado de Craso: ¿Por qué decide apoyar a César?
Hamilton Craso III, el influyente líder del banco Craso, empieza como uno de los principales oponentes de César, respaldando en cambio a su otro sobrino, Clodio, como el sucesor que considera adecuado.
Sin embargo, en un giro inesperado, Craso opta por transferir toda su fortuna y propiedades a César. Esta decisión no es un acto de generosidad desinteresada, sino una estrategia calculada para asegurar su propio legado.
Craso descubre las verdaderas intenciones de Clodio y de su esposa Wow, quienes conspiran para traicionarlo. Como resultado, Craso decide tomar medidas drásticas, eliminando a Wow para proteger sus intereses.
Al apoyar a César, que ha ganado el favor del pueblo, Craso asegura que su nombre esté asociado con una causa triunfante y un proyecto que tiene el potencial de cambiar el destino de Nueva Roma, en lugar de quedar manchado por la corrupción.
Aunque el porvenir de la ciudad sigue siendo incierto, el final deja entrever que César ha dado un paso crucial para cambiar el rumbo de la historia. Su creación no solo proporciona un nuevo comienzo, sino que también establece un legado duradero que puede inspirar a las generaciones futuras y transformar la sociedad para siempre.