Desde su casa en Hermosillo, Sonora, donde se aisló desde que inició la pandemia, el productor y guionista Gastón Pavlovich comparte su alegría porque el concurso “Cortos en cuarentena”, al que convocó a través de su empresa Fábrica de cine, “tuvo una reacción que superó nuestras expectativas, recibimos más de 400 historias”.
El resultado de su iniciativa lo emociona porque es un parámetro que le indica que va por buen camino para lograr otro de sus sueños en el séptimo arte, “apoyar a los nuevos talentos”, pues aunque su empeño, labor y capacidad lo han llevado a caminar por el sendero del éxito en Hollywood, al trabajar al lado de Martin Scorsese, Sean Penn, Robert de Niro, Al Pacino y Tom Hanks, no olvida que “en México no es fácil abrirse camino en el cine”, pues así lo experimentó cuando realizó El estudiante (2009) y “nadie me tendió la mano”.
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¿Cómo defines la experiencia de Cortos en cuarentena?
Fue una extraordinaria experiencia, superó las expectativas y nos llenó de orgullo y satisfacción ver a tanta gente, más de 400 mexicanos, que aunque no tenían experiencia, metieron sus cortos, con la intención de contar sus historias en la cuarentena.
Siempre he dicho: no tienes que ser cineasta profesional para contar tu historia. Pero lo importante es que queríamos abrirle la puerta a cualquier mexicano, independientemente de su profesión, edad, o capacidad técnica, de poder transmitirnos lo que estaba viviendo durante esta cuarentena. Exponerle a México su historia, real o inventada y de esa manera hacer un poquito más llevadera la pandemia. Era nuestro grano de arena para que la gente se inspirara, se divirtiera en casa un poco más.
El concurso reportó a algunos ganadores, cuyos premios serán conocer la industria de una manera real.
¿Por qué apoyar a toda esta gente que no se dedica al cine, pero contó su historia?
Es confiar. Siempre me meto en problemas con mi gremio de cineastas mexicanos, porque siempre he sentido que los cineastas que ya tienen una trayectoria no impulsan a las nuevas generaciones, siento que no hay ese deseo de impulsarlos, de apoyarlos, de motivarlos. A excepción de Guillermo del Toro que apoya y hace programas.
Cuando yo iba empezando con El estudiante y haciendo otras cosas, nunca sentí una puerta abierta de nadie para ayudarme a hacer una película, para ayudarme a realizar un sueño, siempre sentí al gremio muy cerrado, no le abren la puerta a nadie.
Y "Cortos en cuarentena" puede ser el inicio de ir encontrando talento y dándole oportunidad para que lo demuestre. Por eso lo vamos a instaurar, anual o bianual, para seguir dándole la oportunidad a la gente, para seguir trabajando para que exista una nueva generación de cineastas que nos enorgullezcan en México.
Motivaste a la gente para que escribiera su historia en este aislamiento ¿tú lo has hecho?, ¿cómo llevas la película del covid-19 en tu realidad?
Para mí, como para todos los mexicanos, lo primero de esta época fue la preocupación por la salud de mi familia y las de nuestras comunidades en general, desde mi ciudad hasta el resto del país. Fue una preocupación estar al tanto de lo que estaba pasando y entenderlo, protegernos lo más posible. Nosotros sí somos de las familias que realmente se aislaron; nos guardamos, nos ponemos cubrebocas, seguimos los lineamientos para protegernos, y afortunadamente nos ha funcionado.
A toda la gente de la oficina le dije: “no vayan hasta próximo aviso”. Y nos hemos hecho expertos en trabajo en casa, eso es una ventaja de los nuevos tiempos. Nos hemos organizado muy bien y hemos seguido siendo muy productivos.
Afortunadamente no estaba filmando este año, entonces tuve la gran fortuna de que no interrumpí una filmación; ya tenía planeado que 2020 sería un año de desarrollo, de creatividad, de generar nuevos proyectos, así que coincidió con la pandemia, porque de todos modos íbamos a estar en casa escribiendo.
Hemos aprovechado el tiempo para que todo el equipo se enfoque en las historias que estamos desarrollando, en aprovechar más el tiempo, en mejorar nuestras historias y guiones y estoy muy agradecido con mi equipo de Fábrica, porque incluso hemos hecho más proyecto de lo planeado, entonces eso para mí ha sido muy positivo.
El aislamiento también ha provocado la convivencia familiar, ¿es tu caso?
Sí. Yo traía un ritmo excesivamente alto de viajes y compromisos en Los Ángeles, en Ciudad de México, en los lugares donde estábamos filmando. Cuando filmamos en Nueva York, en Taiwán, me dolía mucho estar fuera de casa y lejos de mi familia. Mi hogar, mi casa está en Hermosillo, Sonora, entonces ir a Ciudad de México o a Los Ángeles a mi oficina, o a los rodajes, me quitaba demasiado tiempo valioso de estar con mi familia.
Por eso te puedo decir que desearía que no hubiera sucedido la pandemia por las muertes y las tragedias que ha generado, pero por el lado positivo me ha permitido estar cien por ciento con mi familia. Para mí eso es lo más valioso, también me ha permitido replantearme muchas cosas. He vuelto a leer mucha más filosofía que antes, siempre he sido un apasionado de la filosofía y la literatura, tenía años que no leía tanto.
¿Qué estás leyendo?
La historia de Jeffrey Epstein; siempre leo dos o tres libros de manera simultánea; estoy leyendo también la novela Yo, Díaz, de Pedro J. Fernández, y un libro sobre Economía, porque me gusta mucho.
¿Cuáles son las actividades que realizas en familia?
Decidí meter a toda mi familia a clases de box, traemos un maestro de boxeo a la casa, y todos, desde mi pequeña hija de 15 años hasta mi esposa y mis hijos tomamos la clase juntos. Es divertidísimo porque hacemos ejercicio y además convivimos en familia… Y por lo menos una vez a la semana jugamos cartas.
A poco más de una década de que realizaste 'El estudiante' y de que dejaste la política por el cine, ¿consideras que fue una buena decisión?
Sí, fue un camino totalmente inesperado, pero Dios tiene sus caminos y sentí que me estaba marcando un camino diferente. Cuando empecé a escribir y hacer El estudiante lo sentía muy fuerte y se dieron las cosas para que creara Fábrica de cine en plan de negocios y levantara la empresa. Fue drástico y sorpresivo, sobre todo para mi familia, mis amigos y mis colegas, pero para mí fue una decisión muy natural y muy positiva, que me ha permitido tener mi propia empresa y no depender de nadie más, pero lo mejor es que he podido desarrollar la capacidad de crear.
¿Cómo nace 'El estudiante' que a final de cuentas es quien te ha llevado a hacer historia en el cine?
Fue una combinación de tres factores. El primero, había visto Cinema Paradiso unos años antes, y me encantó y me pegó tanto que dije: “Ojalá que algún día tenga la posibilidad de hacer una película que le toque el alma a la gente de esta manera”. El segundo, había vuelto a leer El Quijote y entonces traía su figura en la cabeza, como asesorándome y hablándome. Y el tercero, cuando mueren mis abuelos decido hacer un homenaje y empiezo a escribir y me vienen a la cabeza Cinema Paradiso y El Quijote. Cuando escribía todo se conectaba y me di cuenta que ya no estaba escribiendo una novela, sino una historia para cine, tal cual. Ese fue el origen de El estudiante, lo que me permitió escribirla y tomar la decisión de decir: “voy hacer una película”. Tarde seis años para saber cómo fregados hacer una película, con dudas y golpeándome contra la pared varias veces, pero aprendí.
Una decisión temeraria considerando que tenías una carrera política y en el cine estabas partiendo de cero ¿no?
Sí, yo estaba trabajando en Los Pinos, y uno cuando está en la política quiere llegar lo más alto posible. Pero cuando decidí hacer la película y dejar la política, dije: ‘Es ahora o nunca’. Mis amigos me decían que estaba loco, pero hoy esos amigos me lo agradecen y todos sabemos que fue la mejor decisión.
¿Qué historias te gusta contar?
Es una combinación. Me gustan las historias que van con el lema de mi empresa, que es “Historias de gente ordinaria, haciendo actos extraordinarios”. Eso significa que son historias de gente con la que tú, como audiencia, te puedas identificar; lo que me importa es que cuando veas nuestras historias sientas que puedes estar viviéndola.
¿Cuándo y cómo fue tu primer contacto con el cine como espectador?
De pequeño vi muchas películas en blanco y negro. Vi Casablanca y nunca se me olvidó, vi El ciudadano Kane y Metrópolis… Veía las películas de Emilio El Indio Fernández y desde entonces él, Gabriel Figueroa y María Félix son mis titanes de la industria del cine. Esos son mis primeros recuerdos, por lo tanto me gustaría revivir ese estilo de drama, de historias que iban a la raíz, en el caso de El Indio, de lo que es el verdadero mexicano o el México que vivíamos.
Pero la vida te llevó por otro lado, el de la política.
Sí, realmente no sabía por dónde iba por la vida, pero en efecto me estaba llevando por la academia, por la política, por el mundo de la empresa, pero curiosamente sí traía el gusanito del cine. Aunque soy economista de carrera, con especialidad en política económica y filosofía.
¿Cuáles son tus pasatiempos?
Viajar, leer y escribir y de actividad física, subir y bajar montañas.
Una década de éxitos
- La historia de Gastón Pavlovich en el cine inicia con su guión de 'El estudiante', protagonizado por Jorge Lavat y con el cual, poco a poco, se abre la puerta en el terreno de la producción nacional e internacional.
- La película 'El estudiante' lo llevó a los festivales de cine en Estados Unidos y ahí lo invitaron a producir su primera película norteamericana 'Max Rose' (2013), la última protagonizada por Jerry Lewis, bajo la dirección de Daniel Noah, con participación en Cannes.
- En 2016 produjo la cinta 'Un holograma para el rey', de Tom Tykwer, protagonizada por Tom Hanks. Ahí surgió la oportunidad de trabajar con Martin Scorsese.
- 'Silence' inició la relación entre Scorsese y el productor mexicano en 2016; en 2019 volvieron reunirse con 'El irlandés', que en 2020 obtuvo diez nominaciones al Oscar.
amt