Alfonso Cuarón, el director de la película con diez nominaciones a los Premios Oscar, Roma, no sabe decir cuál es la razón del éxito de la cinta, pero sí sabe que ha abierto la conversación sobre el racismo en México, que se ha negado durante muchos años, dijo en una entrevista a Noticias ONU.
Cuarón ha visto que la película ha tenido una respuesta emocional a lo largo de todo el mundo, ya que temas como "clase social y bagaje étnico son iguales en todo el mundo", explicó en el ejercicio periodístico difundido por la ONU.
Además, la historia de solidaridad entre mujeres también ha tenido un gran impacto, a pesar de que el mexicano asegura que tras el "amor" entre la protagonista, Cleo, y la familia para la que trabaja, se esconden formas de abuso.
Por otra parte, el filme se ha convertido en una plataforma para movimientos sociales de trabajadoras domésticas, los que Cuarón considera "muy importantes".
Aún así, aclaró que "sería presuntuoso decir que la película contribuye, lo que sí es cierto es que está siendo utilizada como plataforma para asociaciones que están consiguiendo cosas, como un programa piloto para legislar su situación laboral".
Otro elemento que destacó el autor en referencia al impacto emocional fue la "experiencia común de la soledad", ya que la película habla de la existencia del ser humano como una experiencia de soledad que busca compañía.
En cuanto a la presencia de lenguas indígenas como el mixteco en la cinta, Cuarón afirmó que es una parte muy importante de la identidad de los mexicanos y que debe promocionarse y recuperarse de manera real, "no con ese orgullo indígena que los mexicanos ven como pasado lejano pero ignorando a la población que todavía habla sus lenguas".
Para el cineasta, los intentos de "erradicación de las lenguas" tienen mucha relación con el clasismo y el racismo, que están tan arraigados en la sociedad mexicana y que provocan que, generación tras generación, los jóvenes reciban presión para que sus hijos no hablen sus lenguas originarias ante la posibilidad de que no se integren en la sociedad.
De hecho, en Roma, la protagonista y su compañera solamente hablan mixteco en privado. En la familia, el niño pequeño suele decirle a Cleo que deje de "hablar así" y la niña, que canta una canción en mixteco, finalmente es menospreciada en su casa.
Cuarón es firme en su opinión en cuanto a la necesidad por parte de las autoridades de proteger y dejar de menoscabar a los pueblos indígenas que, desde hace muchos años, dicen "no queremos la integración, queremos que nos dejen en paz".
Hace cinco años Cuarón hizo historia en el cine al ser el primer director hispano en lograr un Oscar por Gravity pero ahora ha llegado aún más lejos al convertirse en el primero en ser nominado a mejor película extranjera y mejor película por Roma.
Y además lo ha logrado con un proyecto absolutamente personal, rodado en blanco y negro, en español y mixteco, con intérpretes en su mayoría debutantes y rodeándose hasta de los muebles de sus padres que abrigaron su infancia.
Si Gravity era una historia al más puro estilo hollywoodense protagonizada por estrellas de la talla de Sandra Bullock y George Clooney, Roma es lo opuesto.
Cuarón ha volcado en Roma los recuerdos de su infancia en ese barrio de Ciudad de México, la colonia Roma, con mucho trasfondo social, pero sobre todo, sentimental.
DIGL