Brad Pitt desembarcó al Festival de Cine de Venecia con el filme Ad Astra, de James Gray, una odisea íntima en el espacio en busca de un padre perdido.
"Ha sido el mayor reto de toda mi carrera", confesó Pitt en Venecia durante la conferencia de prensa de presentación del filme, del que es además es coproductor.
En camiseta y gorra de béisbol, con un lenguaje claro y más bien sofisticado, Brad Pitt confesó que se trata de un filme delicado, que habla de "la masculinidad", pero también del "dolor" y de la "vergüenza", barreras que los hombres suelen negar.
La estrella de Hollywood, que en la vida real mantiene su belleza, en el filme resulta un hombre maduro, casi con autismo, un personaje enigmático cuyas ojeras y arrugas se pueden casi tocar con la mano gracias a los abundantes primeros planos.
¿El Oscar para Brad Pitt?
La aventura en el espacio de Pitt, en competición con 20 filmes en Venecia, podría garantizarle además el primer Oscar de su vida como actor.
Interrogado sobre esa eventualidad, Brad Pitt se limitó a sonreír.
Más que una película de ciencia ficción o de una nueva versión de 2001 Odisea en el espacio por sus efectos especiales, la cinta de Gray, autor apreciado por obras como La ciudad perdida (2016), es un filme sobre los sentimientos.
"Fue un trabajo duro, desde el inicio uno se interroga sobre el porqué estamos en el mundo, sobre la vida y la muerte", explicó Pitt, quien interpreta al astronauta Roy McBride.
Su viaje por el espacio en busca de su padre que desapareció durante una misión a Neptuno 20 años atrás, es ante todo un encuentro con él mismo, con sus fantasmas.
"Fue un esfuerzo de equilibrio para mantener el estilo sutil y delicado", resumió el actor, que elogió el trabajo del realizador.
El inmenso espacio resulta de todos modos un lugar hostil y sombrío y también un pretexto para una travesía interior, una búsqueda del padre.
"Quise contar una pequeña historia en medio del inmenso cosmos", reconoció el realizador, quien se inspiró Al corazón de las tinieblas de Joseph Conrad y Moby Dick de Herman Melville.
El paso de Brad Pitt por la alfombra roja despertó el delirio entre los jóvenes cinéfilos, que esperaron por horas frente al Palacio del Cine para obtener un deseado selfie.
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