Tras meterse en la piel de la icónica “Rubí” y convertirse en la novia eterna de “Luis Miguel”, la actriz mexicana Camila Sodi vive una época de cambios, retos y nuevas perspectivas, ha perdido el miedo a dejar de ser “la guapa” y apuesta por proyectos propios y papeles en los que ni siquiera lleva maquillaje.
Acaba de terminar de rodar “Sin huellas” (Amazon Prime Video) en España, el país donde ha decidido vivir un tiempo con toda su familia, y está trabajando en “Cualquier parecido” (Paramount+), la primera serie ideada por ella, que también producirá y protagonizará.
En una entrevista con Efe unos días antes de terminar el rodaje de “Sin huellas”, Sodi (Ciudad de México, 1986) habla sobre un momento vital en el que busca proyectos más profundos, emocionales y papeles menos centrados en el aspecto físico.
Pregunta: Esto de venir a España, ¿ha sido como un nuevo comienzo
Respuesta: Definitivamente es un nuevo comenzar. He sido muy gitana como buen actor toda mi vida y no le tengo miedo a los nuevos comienzos para nada. De hecho, cuando tuve hijos dejé de trabajar seis años y tuve que empezar de cero y todo lo que conlleva, el vértigo inicial, el miedo. No conozco a nadie y nadie me conoce. Pero también la emoción y la felicidad de conocer gente nueva, de estar pisando otra tierra, de hablar diferente y conocer proyectos distintos. Es como cuando eres niño, una mezcla de emoción y miedo, pero estoy contenta.
P: ¿Se respira más tranquilidad al no ser reconocida por la calle?
R: Nunca he vivido la fama como algo que me afecte en mi vida personal. Siempre he ido por la vida haciendo como que esa parte no me toca tanto. Pero hay una sensación de libertad distinta en Madrid que no tengo en México y no tiene que ver con la fama, tiene que ver con el nivel de seguridad. Tener a mis hijos caminando libres o que se vayan al cole en metro, esas cosas no pasan en mi país. Y es una tristeza, pero es una realidad. Estoy viviendo una fantasía de libertad y me quiero quedar más tiempo.
P: ¿Se mudó toda la familia, incluido el padre de los niños (su expareja, el actor Diego Luna)?
R: Sí, toda la familia nos mudamos. Vamos y venimos porque tanto él como yo trabajamos en México y tenemos familia y mil cosas. Siempre tendremos un pie en nuestra patria. Pero lo real es que me quedo dos años aquí y de ahí ya veremos.
Busca desmontar estereotipos
P: Cuénteme de sus proyectos después de “Sin huellas”
R: Escribí una serie y la voy a producir y también la protagonizo. Es la primera vez y estoy muy emocionada. Me asocié con una amiga mía, Natasha Ybarra-Klor, y juntas lo escribimos y lo creamos. Es una historia muy personal, pero de mucha risa.
P: Háblenos de las diferencias de “Sin huellas” y del personaje de Cata, una limpiadora en plena huida y sin maquillaje ni artificios con respecto a otros proyectos.
R: Yo venía de hacer "Rubí". Es un viaje porque personalmente soy una mujer muy consciente de los estereotipos y de los arquetipos y de a lo que jugamos las mujeres muchas veces. Y como actriz, tienes que estar dispuesta a transformarte de cero a cien y me habían tocado últimamente personajes muy sexualizados y hechos desde el punto de vista masculino.
P: ¿Es entonces un antes y un después?
R: Creo que este es de los pocos personajes que he hecho en donde hay un desparpajo absoluto y brutal, y no me importa si a los hombres les parezco atractiva o no. Es un momento de mi vida en donde paso de ello y prefiero hacer a la gente reír, emocionarse, sentir cosas, y eso va más allá del físico. Cando estás como yo estoy ahorita, tan plantada en tu centro, en tu ser, ya no tienes miedo de dejar de ser la guapa, la bonita.
P: Hablando de estereotipos, ¿están cambiando los papeles destinados a los latinos en la ficción?
R: Yo creo que siempre habrá proyectos que tengan esta idea de encasillar, no solo a los latinos, sino a todo el mundo. Pero cada vez existe más gente creativa que está tomando el control de estos grandes proyectos, que es muy inteligente y lo está dejando de hacer.