Ignacio López López, mejor conocido como por su nombre artístico López Tarso, es uno de los actores mexicanos más reconocidos y queridos de la industria nacional.
A través de sus más de 70 años de carrera, él fue testigo y parte de los diferentes procesos evolutivos de los medios de comunicación y el entretenimiento. El teatro, cine y televisión son a grandes rasgos los canales mediante los que se ha mantenido en contacto con su público, y aunque su talento indudablemente parece nato, la realidad es que previo a dedicarse a la actuación, López Tarso se desempeñó en otros oficios y profesiones.
¿A qué se dedicó Ignacio López Tarso antes de ser actor?
Durante una entrevista para el programa ‘El Minuto que cambió mi destino’, de Imagen Televisión, el actor compartió con su audiencia y fanáticos un recorrido por su vida.
Su padre fue parte de la milicia, no obstante, cuando Tarso tenía apenas cuatro años, pasó de capitán segundo del ejército mexicano a jefe de la oficina de correos de Novojoa, en Sonora.
Para ese momento Ignacio López tenía seis años y fue testigo del ascenso laboral de su padre, que se convirtió en jefe también de correos en Hermosillo, Guadalajara y finalmente la oficina de Hacienda en Valle de Bravo. Por lo anterior, el primer trabajo en la vida de López Tarso fue de cartero, aunque no brindó más detalles respecto a ese capítulo de su vida.
López Tarso y su vida en el seminario sacerdotal
Una vez instalado él y su familia en Valle de Bravo, y con primaria concluida, Tarso mostró interés por continuar con sus estudios; sin embargo, su padre se veía limitado económicamente para ingresarlo a un internado en las ciudades de Toluca y México, por lo que el cura del pueblo, amigo de la familia, le abrió un espacio en el seminario para ser sacerdote.
“El cura del pueblo que era amigo de mi padre dijo: que vaya al seminario, yo le abro la puerta del seminario, ahí hay magníficos maestros, va a estudiar mucho, va a hacer mucho deporte”, relata.
Ignacio López Tarso pasó cuatro años de su vida en el seminario, lugar donde aprendió latín, griego, humanidades y filosofía, no obstante, lo abandonó cuando llegó el momento de comprometerse completamente con la religión.
“No tenía vocación para ser sacerdote, yo nunca pensé en serlo”
López Tarso y su vida etapa militar
A los 18 años Tarso cumplió con el Servicio Militar, viviendo un año en cuartel debido al contexto de la Segunda Guerra Mundial; se estableció por tres meses en Querétaro, luego en Veracruz y los últimos cuatro meses en Monterrey en el campo militar más moderno de México.
Durante sus estancias adquirió el grado de sargento primero gracias a los conocimientos adquiridos durante el seminario.
“Me empezaron a llamar para cosas de oficina, me empezaron a dar grado, cabo, sargento segundo, sargento primero”
Incluso el jefe le ofreció de forma directa un lugar en el Colegio Militar, oferta que rechazó.
López Tarso y su etapa de jornalero en Estados Unidos
Finalmente, Ignacio se fue con contrato firmado a Estados Unidos para ser jornalero y cortar naranjas en el campo; este oficio es conocido como bracero.
La empresa que reclutaba personal le realizó los exámenes médicos correspondientes y tras recibir el visto bueno, viajó a Merced, un pueblo localizado en el norte de California.
Sus herramientas de trabajo eran un ayate y tijeras. Dicho empleo duró seis meses, ya que el actor sufrió un accidente al caer de un árbol, fracturándose tres vertebras de la espina dorsal.
Lo anterior derivó en su regreso en tren hacia Buenavista, en la Ciudad de México, donde tuvo su primer contacto con las artes a través de la poesía de Villaurrutia, profesor de teatro en el Instituto Nacional de Bellas Artes, marcando así el inicio de una prominente carrera en la actuación.
FM