Para el actor José Eduardo Derbez, el cine mexicano ha crecido en años recientes, por lo que considera que debemos seguir apoyándolo.
Hijo de la actriz Victoria Ruffo y del comediante Eugenio Derbez, considera que la fractura amorosa de sus padres no afecta su vida profesional, pues la familia, aunque disfuncional, es una combinación de cariño y unión.
Con 27 años de edad (Ciudad de México, 1992), el actor cree que los sueños se llegan a cumplir, que su carrera lo motiva cada día a salir adelante de problemas sentimentales, ya que en el amor no le va muy bien.
¿Cómo te defines?
Soy una persona muy alegre, simpática y enfocada, aunque en ocasiones suelo ser serio.
¿Qué te apasiona?
El actuar. Es una carrera que me fascina ciento por ciento.
Si no fueras un actor, ¿a qué te dedicarías?
Creo que sería abogado. Estudié la carrera, pero gracias a Dios no seguí. Además se mete uno una friega en leída de libros, pero también quería ser chofer porque decía que los choferes iban a todos lados.
¿Alguna vez sentiste presión de tu familia para seguir con esa carrera?
Realmente no. Yo al principio no me quería dedicar a esto, pero la familia está desde hace mucho en el mundo del espectáculo, así que decidí arriesgarme. Tomé cursos para prepararme y me di cuenta que me apasionaba, entonces me lancé como gorda en tobogán.
¿Cómo es la relación que tienes con tu papá?
Es muy abierta, siempre que tenemos la oportunidad de estar juntos, tratamos de no hablar de cosas profesionales, sino de asuntos familiares y aprovechar el tiempo; gracias a Dios, siempre tengo el apoyo de mis padres.
¿Cómo es un día para José Eduardo?
Pues muy relax, te puedo decir que nos vayamos de viaje a cualquier parte del país solo o con amigos o ir a un casino.
¿Qué es lo que más te gusta de México?
Me encanta la gente, cómo nos manejamos, el humor que tenemos; somos bien luchones para salir adelante.
¿Crees que México es seguro para vivir?
Como siempre he dicho, a mí no me gustaría vivir en Estados Unidos, en primera porque no me gusta y dos, porque mi país tiene todo lo que necesito, pero estamos en una situación difícil en cuestión de seguridad.
¿Qué es lo que te gusta del cine mexicano?
A mí me encanta; desde chico he visto películas mexicanas, cada vez hemos hecho mejor cine y las personas lo están aceptado muy bien. Hay que seguir apoyándolo, empezando primero por nosotros, los actores.
¿Tienes alguna inspiración?
Mi familia, el seguir adelante y hacer proyectos nuevos que me hagan crecer como actor y persona.
¿Para ti qué significa la palabra familia?
Para mí es unión, cariño. Creo que aunque haya crecido en una familia disfuncional, el que mis padres se hayan divorciado, eso no significa que no crea en la unión familiar.
¿Cómo te va en el amor?
De la chingada. Ahorita ando soltero y he aprendido a conocerme mejor estando solo, aunque me está dando miedo porque me estoy acostumbrando mucho y no quiero ser tío solterón con gatos.
Entonces, ¿crees en el amor?
Cada vez menos, pero sí. Yo creo que el amor lo puedes encontrar de diferentes formas y en muchos lugares, aparte a todos nos hace bien tener amor.
¿Eres romántico?
¡No!, soy super penoso, casi nunca me acerco. Siempre espero a que se acerquen, porque cuando intento conquistarlas siempre termino regándola.
Y cuando tienes pareja, ¿les cocinas?
Me sale un huevo revuelto bien sabroso, pero pensaré seriamente en meterme a clases de cocina para que no se me queme el agua.
¿Crees que los sueños sí se cumplen?
Se intentan cumplirlos, pero de que se cumplen, se cumplen; a veces hay dificultad para lograrlos.
¿Cómo te gusta pasar tu tiempo libre?
Me gusta estar en el casino, pero en ocasiones practico padel.
¿Cuál es tu libro favorito?
50 sombras de Grey, pero no soy mucho de leer.
¿Qué música te gusta oír?
Me gusta Chavela Vargas, Ana Gabriel y Juanga.
¿Cuál ha sido el proyecto que te han marcado?
Todos los trabajos que he hecho me han fascinado, pero el que más gustó a la gente fue un personaje gay que interpreté en una novela, misma que hizo que la comunidad LGBT+ me apapachara.
¿Cuál es tu lema de vida?
Es este: doy olvidando y recibo recordando.