Jada Pinkett Smith se siente libre estos días. Ya no oculta que ha estado separada de su marido Will Smith por siete años.
“Honestamente, me quité un peso de encima”, dijo Pinkett Smith, cuyo nuevo libro de memorias, Worthy, fue publicado recientemente. “Desde los Oscar, es muy interesante cómo un evento tan intenso puede unirte, y yo diría que después de eso, realmente nos sumergimos y profundizamos y llegamos a este hermoso lugar en el que nos encontramos ahora”.
La actriz, que reveló por primera vez la explosiva noticia de su separación a Hoda Kotb de NBC la semana pasada, detalla los numerosos chismes sobre su matrimonio a lo largo de la biografía. La pareja se ha enfrentado a rumores (de tener un matrimonio abierto, un estilo de vida cambiante y dudas sobre su orientación sexual), todo mientras sonreían, aparentemente retratando una vida perfecta.
La galardonada con el Emmy diurno pensó brevemente en descartar el proyecto; comenzó a escribir el libro de más de 400 páginas con Mim Eichler Rivas, a principios de 2022. Pero después de que Smith abofeteara a Chris Rock en vivo durante los Oscar por una broma sobre su cabeza rapada, Pinkett Smith se preguntó si escribir un libro era la elección correcta.
“La única vez que posiblemente lo reconsideré fue después de los Oscar... porque pensé que no podía escribir un libro y no hablar sobre eso”, dijo a The Associated Press, admitiendo que se sentía como el chivo expiatorio de las acciones de su esposo. “Me tomó un tiempo darme cuenta de eso”.
Si bien la dinámica matrimonial de los Smith todavía puede resultar confusa para algunos (técnicamente todavía están casados, pero han vivido vidas separadas durante años y el divorcio no es una opción), la actriz de Colateral dice que están trabajando para lograr una resolución.
“Nos amamos… estamos averiguando ahora mismo mientras hablamos cómo será eso para nosotros. Pero no nos podemos separar. No hay un ‘nos vamos a divorciar’”, dijo. “No me rendiré con ese tipo. Y él no se dará por vencido conmigo… Entonces, detengámonos y lleguemos a esta curación profunda y resolvamos esto”.
Con talento y una buena sincronía, la actriz y presentadora originaria de Baltimore se dirigió a Hollywood a principios de la década de 1990 en un período en el que la industria daba la bienvenida a actores y creativos jóvenes negros. Finalmente, consiguió un papel en “A Different World”, la serie derivada de “The Cosby Show” que inspiró a una generación de jóvenes afroestadounidenses a continuar con su educación universitaria, particularmente en colegios y universidades históricamente negros. Luego protagonizó películas como “Menace II Society” (“Infierno en Los Ángeles”), “Jason’s Lyric” (“Las pesadillas de Jason”), “Set It Off” (“Hasta el final”), “The Nutty Professor” (“El profesor chiflado”) y la franquicia de “Matrix”.
Pinkett Smith dice que, si bien su esposo aspiraba a convertirse en un actor de talla mundial, ella no compartía esos mismos sueños, lo que causó fricciones. Consideró cómo revelar detalles íntimos al mundo afectaría aún más a su familia, pero concluyó que se trata de su propia historia: “antes de Jada Pinkett Smith, estaba Jada Pinkett”, señala.
“Will entendió completamente que este era mi punto de vista y que tenía derecho a hablar sobre mi punto de vista”, dijo Pinkett Smith sobre su esposo, quien publicó un video en Instagram con la leyenda “notificaciones desactivadas” el domingo como reacción al frenesí mediático que ha provocado el libro. “Incluso estamos hablando de escribir un libro titulado ‘No intentes esto en casa’... simplemente para hablar paso a paso de dónde estaban nuestros obstáculos y cómo superamos todo lo que hemos superado”.
En el libro publicado por Dey Street-HarperCollins, Pinkett Smith narra íntimamente todo, desde las lecciones aprendidas en la infancia cuando estaba en el jardín de su abuela, pasando por ser hija de drogadictos, junto con historias de tráfico de drogas cuando era adolescente y las consecuencias que siguieron. En otra revelación, describe haber contemplado quitarse la vida mientras estaba aplastada por la depresión durante una crisis de la mediana edad después de cumplir 40 años.
Pero el libro también arroja luz sobre su camino hacia Hollywood, sus esfuerzos creativos y su viaje a través de la maternidad con sus dos hijos con Smith, Jaden y Willow, y su hijo “adicional”, Trey, del primer matrimonio de Smith. Ella detalla las libertades poco convencionales que les ha permitido a sus hijos y que en ocasiones han generado críticas. Hay sugerencias de escritura en las memorias que alientan a los lectores a reflexionar sobre sus propias vidas.
“Es una especie de página de orientación de ‘Red Table Talk’”, dijo con una gran risa. “Solo quería dejar pequeñas migajas en el camino, un poco de oxígeno en el camino, es decir, no les voy a decir simplemente que llegué del punto A al punto B. Pero quiero darles un poco del método que me llevó allí”.
En la autobiografía, Pinkett Smith también habla de su amistad con el ícono del rap, actor y activista Tupac Shakur. Ella dice que había un profundo amor entre los dos, pero sostiene que nunca tuvieron sentimientos románticos el uno hacia el otro. Se conocieron en la preparatoria en la Escuela de Artes de Baltimore, y ambos crecerían para navegar por Hollywood y las trampas de la fama. Shakur fue asesinado en 1996.
El mes pasado, las autoridades de Las Vegas arrestaron a Duane “Keffe D” Davis, el último sospechoso vivo del tiroteo desde un auto por el que murió Shakur. Davis ha sido acusado de asesinato.
“Me alegro de que se haya arrestado a esta persona que siempre supimos que estaba en el auto con la persona que disparó a ’Pac. Y espero que obtengamos más información”, dijo Pinkett Smith. “Quiero saber quién dio el golpe”.
Pinkett Smith, de ahora 52 años, dice que ya no sufre de depresión ni pensamientos suicidas, y atribuye su curación a la ayahuasca. Pinkett Smith dice que ha aprendido a mantener una mentalidad positiva, respaldada por una rutina diaria que incluye meditación, oración, lectura de las Escrituras de diversas religiones y yoga.
“(Me siento) muy cómoda en mi piel. Yo sé quién soy. Y sé quién soy en lo que respecta a mi relación con la Fuente Divina”, dijo, señalando al cielo antes de sostener su corazón. “Sé que tengo todo lo que necesito aquí y que cualquier otra cosa que alguien quiera ofrecerme es un regalo, ¡es un regalo! Y estoy profundamente agradecida”.
DAG