Héctor Suárez (1938) se siente agradecido con Jesucristo porque le ha permitido seguir vivo más tiempo. “El doctor me explicó que el cáncer de la vejiga estaba invadiendo el colón, por lo que debía cortarlo y en su lugar me colocarían una bolsa; sin dudarlo le aseguré que así no viviría y le pedí un mes para pensarlo. Me vine a mi templo a rezar, me puse a hablar con mis órganos y me disculpé con mi vejiga por descuidarla. Entonces una voz me dijo ‘sepáralos’. A las dos semanas regresé para operarme y la cirugía en vez de durar siete horas, como habían programado, solo duró dos, porque la vejiga estaba separada del colón y sin cáncer”.
Sus años de vida le han enseñado que “todo en el universo es perfecto”; cree en la existencia de vida más allá de la Tierra, pues vio un platillo volador en Puerto Vallarta. Afirma que uno elige a sus papás antes de nacer y que la mente puede ser un gran amigo o enemigo.
Crítico de la Iglesia, desde que un cura le tocó las nalgas “y mi abuela fue y lo agarró a cachetadas”, el actor afirma: “Nos ha hecho mucho daño porque nos han vendido a un Dios condicionante y castigador para tener dominada a la humanidad. Dios es amor, Dios eres tú y se manifiesta en todos lados, uno es el templo de él”.
En su capilla tiene un cuadro de la virgen de Guadalupe que trajo de Guadalajara y un Cristo enorme al que muchas personas le han pedido milagros, incluido el que fue su gran amigo, José José.
El creador del exitoso programa ¿Qué nos pasa? cuenta que se vio obligado a ir Los Pinos para aclarar las presuntas críticas que hacía a los entonces presidentes, como Miguel de la Madrid y Carlos Salinas, o recibir órdenes de cancelar programas, a las que no hizo caso.
En el gobierno de la 4T, Olga Sánchez Cordero no tiene inconveniente en que Suárez grabe escenas del personaje Don Justo Verdad en la biblioteca de Gobernación, en Palacio Nacional o en la ex residencia presidencial.
Dice que ha buscado al presidente Andrés Manuel López Obrador porque “quiero que me dé línea, para que me diga hasta dónde, porque si no me la da, la agarro”.
El ritual de Héctor Suárez para salir al escenario es pedirle “permiso al espíritu del teatro para que pueda generar la magia y divertir a la gente” y confiesa que el aplauso más vergonzoso que recibió fue el primer día que asistió a Alcohólicos Anónimos.
¿Está feliz, feliz, feliz o tiene otros datos?
¿Cómo me ves? Soy un hombre feliz, tengo todo lo que necesito. Amor, mis hijos y salud.
¿Hay algún papel que le haga falta por interpretar?
Yo quería ser El hombre de la mancha y Yago.
¿Qué parte es la más difícil de ser actor?
En el estreno de Una güera oxigenada, cuando faltaban 10 minutos para entrar al escenario, me comunicaron que mi mamá acababa de fallecer; no sé cómo hice esa función. La gente paga para que se divierta y uno no tiene que llevarle nuestros problemas.
¿Usted fue macho?
No, nunca. Tuve una abuelita muy fregona y vi sufrir a mi madre, que era una escultura de belleza. Lo que sí tengo es problemas con la autoridad.
¿Tiene algunos tips para ligar?
Lavarse los dientes, traer las uñas y zapatos limpios. La conversación debe ser encantadora, ser un caballero. No hay mujer que se resista a eso.
¿Ha valido la pena ser contestatario?
Sí, mis hijos me aman, tienen un padre valiente. Yo nunca quise que ellos dijeran que soy un cobarde.
¿Cuál ha sido el acto contestatario del que se siente orgulloso?
Yo estaba enojado con Felipe Calderón por la construcción de esa lámpara (Estela de Luz) y una ocasión que coincidimos en un restaurante, todo mundo comenzó a aplaudirle y yo decía: ¡Qué le aplauden, pendejos! Otro día quedé sentado a cuatro metros de él, casi no había nadie en el restaurante y dije: “Capitán, cámbieme de lugar, por favor. No quiero ver a este señor, quiero comer a gusto”. Solo me faltó hacerle huevos.
¿Cuál es su grosería favorita?
Chingada madre.
¿Qué le dice a las personas que toman alcohol cada semana?
La carrera alcohólica es muy peligrosa y mortal. Un alcohólico todo lo que toca lo convierte en porquería, puedes echar a perder la vida de quienes amas.
¿Qué libro está leyendo en estos momentos?
Deja de ser tú, de Joe Dispenza.
El actor adelanta que su próximo programa se llamará Ahí va el golpe y la idea es hacer reír a la gente, además de que la mujer tendrá un papel muy importante en él. Invitará a politólogos y sociólogos para analizar la situación del país y el objetivo es hacer un contrapeso a la polarización, unificar y hacer ver que el cambio de un país no lo hace un solo hombre sino todos, por lo que debemos empezar por dejar de robarnos la luz.