La tercera temporada de Luis Miguel, la serie puso sobre la mesa los excesos, los malos manejos de su empresa Aries y cuentas personales, la crisis en su carrera artística y la falta de profesionalidad del cantante, estos problemas se agravaron en 2017 cuando estuvo a punto de la bancarrota e, incluso, de pisar la cárcel. Y es que El Sol fue detenido en Estados Unidos ese mismo año debido una demanda que perdió contra uno de sus últimos mánagers: William Brockhaus.
"¿Saben quién soy?", se escucha decir a Luis Miguel mientras los agentes de la policía lo esposan en su propia casa para llevárselo, una de las escenas que reconstruyó la producción de Netflix en el primer episodio de la última temporada de la bioserie, y que sí bien puede estar cargada de drama, esto sí pasó en la vida real.
- Te recomendamos 'Luis Miguel, la serie', la 'biopic' que salvó a 'El Sol' de la bancarrota Televisión
Luis Miguel fue arrestado en mayo de 2017 luego de perder una demanda civil contra su ex representante William Brockhaus, también conocido como Bill, que reclamaba el incumplimiento de su contrato y el pago del 10 por ciento de las ganancias de las presentaciones del cantante de todo un año.
El Sol pasó varias horas en calidad de detenido y fue puesto en libertad tras pagar una fianza de un millón de dólares. La foto del cantante esposado jamás llegó a la prensa gracias a la ayuda de su mejor amigo Miguel Alemán Magnani, nieto del ex presidente de México.
¿Qué pasó entre Luis Miguel y su ex mánager Brockhaus?
El representante demandó ante los tribunales al cantante en febrero de 2015. En julio de 2016 una corte en Nueva York falló a favor de Brockhaus y dictó una indemnización que ascendía a poco más de un millón de dólares; sin embargo, Luis Miguel desacató la orden del juez e hizo caso omiso del pago que debía hacer a su ex manager.
Según la serie, El Sol desatendió tanto sus asuntos legales como su carrera mientras pasaba por una de sus peores rachas a nivel personal debido a sus problemas con el alcohol y su adicción a las pastillas, además de que estaba sumido en una depresión.
¡Bye, bye, Rolls Royce!
Luis Miguel había sido notificado en tres ocasiones para que asistiera a la Corte de Los Ángeles, pero se negó a presentar a la audiencia y seguía sin cubrir la indemnización. Ya que en ese momento no contaba con ninguna propiedad a su nombre salvó un Rolls Royce valuado en 300 mil dólares, el juez del caso ordenó que entregara el automóvil de lujo.
Días después de su arresto y que se presentara ante las autoridades de Los Ángeles, los abogados de Luis Miguel y Brockhaus llegaron a un acuerdo ese mismo mes de mayo del 2017. La deuda quedó cubierta, pero el cantante y su ex manager nunca limaron asperezas.
Pese al intento de mantener en secreto su arresto y el proceso legal, la noticia llegó a la redacción de decenas de medios internacionales y en pocos horas se difundió que uno de los máximos representantes de la música latina podría haber pisado la cárcel.
amt