"Carmen era una gran actriz y una persona muy generosa en aceptar interpretar el personaje de doña Ti, en la película Danzón; yo estaba muy contenta de que ella hubiera aceptado, porque la admiraba enormemente por el personaje que hizo en la película El lugar sin límites de Arturo Ripstein", compartió con MILENIO la cineasta María Novaro.
La realizadora señaló que el trabajo de doña Carmelita fue formidable: "Yo estaba muy contenta realmente de que hubiera aceptado, en parte por las recomendaciones que tuve de María Rojo hablándome de su actividad y de su nivel actoral".
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Novaro la recuerda como una actriz enormemente generosa, siempre con palabras amables, siempre con una sonrisa, dispuesta y solidaria.
"Era muy generosa con todos los fans que la seguían. En Veracruz, cuando filmábamos las escenas de su personaje en el puerto de Veracruz, había mucha gente que la buscaba y que le pedía el autógrafo. A todos los atendía con una sonrisa, para todos tenía palabras amables".
La actual directora del Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCINE), refiere que a lo largo de los años mantuvo cierto contacto con Carmen Salinas porque siempre le admiró como una profesional con gran fuerza.
"Fue asombroso ver la calidad con la que trabajó en Danzón, tenía una memoria auditiva impresionante, decía los diálogos de una manera que se deslizaba con mucha facilidad. Me gustó mucho que, como doña Ti cantaba, Carmelita le dio este giro, se inspiró en Toña La Negra, porque tenía esa habilidad de imitar voces y personajes y, lo utilizó en la película Danzón cantando con el timbre de voz y con la cadencia que lo hacía la cantante veracruzana e intérprete de Agustín Lara. Nos enseñó muchísimas cosas con su gran experiencia".
"Fue una actriz formidable, mucha gente la puede recordar en papeles malos, también le tocó participar en esa etapa media nefasta de cine de ficheras, pero Carmen estaba mucho más allá de eso, porque ella era una gran actriz".
La directora reconoció que Salinas la atrapó con su personaje en la película El lugar sin límites.
"Era un personaje pícaro, una madrota de un burdel que trataba igual con cariño a toda su gente al mismo tiempo que la explotaba. Esta dualidad como ruda pero dulce que podía dar en un personaje, a veces un poquito violenta y al mismo tiempo amorosa. Me encantó no creo que sea una cosa fácil de interpretar. En el caso de doña Tía, era de otra manera y en otros términos, tenía que ser una mujer brusca aparentemente, pero con un enorme corazón. Creo que hizo a ese personaje muy entrañable".
"Seguramente todos los que haya trabajado con ella deben tener anécdotas y recuerdos. Yo me imagino que lo mismo que yo percibí es lo que está en otras esferas de su enorme trabajo, porque qué mujer más chambeadora, más entrona, más decidida, trabajó hasta el último momento de su vida, hasta que sucedió esta desgracia".
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