Roberto Palazuelos se ha desempeñado en distintos ámbitos. Además de su carrera actoral, también ha destacado por su exitosa faceta como empresario, esto sumado a sus aspiraciones políticas; sin embargo, El Diamante Negro ha admitido que a lo largo de su vida se ha enfrentado a varios fracasos, uno de ellos fue el nunca haber podido ser cantante.
Durante una emisión del programa Faisy Nights, el actor comentó que abrió su primer restaurante a los 21 años. El lugar se llamaba Fit for Life y estaba a un lado del local del actor Wolf Ruvinskis.
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"Tenía de vecino a otro restaurantero que era artista y era muy famoso, era Wolf Ruvinskis, que tenía su lugar argentino y cruzando la calle yo tenía, a los 21 años, tenía ya mi restaurante", dijo Roberto Palazuelos.
El actor aceptó que sí bien la mayoría de sus proyectos han tenido un buen resultado también ha sufrido derrotas. Palazuelos reveló que su peor fracaso en la vida fue no haber aprendido a cantar, lo cual era uno de sus mayores anhelos.
"Claro que he tenido fracasos... algo que yo siempre quise era cantar, pero pues yo no tengo el don, pero estaba aferrado, aferrado. Sí, tomé clases con Mario Gensollen y con todo el mundo, y me preparé mucho tiempo".
En su opinión, es importante saber tus cualidades, pero también tus defectos. "Un hombre derecho siempre tiene que saber cuáles son sus virtudes y cuáles son sus limitaciones, por ejemplo, a mí no me pongas a cantar porque no tengo el oído", agregó.
Roberto Palazuelos y sus consejos para empresarios
El Diamante Negro señaló que ha tenido muchos contratiempos en su carrera, pero que para él estos "tropiezos te acercan más al éxito". Aseguró que a su parecer es importante atreverse a emprender nuevos negocios siempre y cuando se cuente con un respaldo legal.
"A lo mejor te diste cuenta que varios materiales no funcionan, pero que algunos sí funcionan, y de ahí puedes construir. No hay carrera que no tenga tropiezos, no hay empresario que no haya perdido, y siempre hay que arriesgar y luchar, pero hay que luchar con paracaídas, es decir, un empresario tiene que brincar con paracaídas, no se puede aventar así y el paracaídas en mi caso tiene que ser un buen contrato jurídico, un buen mercadólogo, un buen contador".
amt