El primer actor Héctor Bonilla recibió ayer un homenaje en la Cineteca Nacional, para conmemorar sus 57 años de brillante trayectoria en cine, teatro y televisión.
Acompañado por su esposa, la también actriz Sofía Álvarez, y por amigos, como su inseparable compañera María Rojo, el también productor asistió a una breve ceremonia que precedió la exhibición de la película María de mi corazón, dirigida por Jaime Humberto Hermosillo.
“Estoy profundamente agradecido, pero no soy adepto a estas autocomplacencias, pues no pretendo ser estatua para que me caguen los pajaritos”, comentó el actor, con su particular sentido del humor.
“Simplemente amo la vida profundamente, tengo la enorme suerte de haber encontrado a mi mujer, llevar 38 años de convivencia con ella y tener unos hijos y siete nietos a los que amo profundamente”, declaró.
El histrión lució sonriente y caminó con paso firme, a pesar de la enfermedad que le fue diagnosticada a principios de este año. “No crean que estoy pelón por el cáncer, no hay quimioterapia para el riñón, estoy pelón para una película de Gerardo Gatica que se llama Más que mil palabras”, expresó entre bromas, durante su discurso.
“Estaré dando la batalla para ver hasta dónde logro salir pero no crean que está tan grave (la situación), cumplí 80 años el 14 de marzo, ya viví horas extra y las viví muy contento, si puedo vivir diez años más, qué propinota me dará la vida, pero no estoy angustiado ni estoy azotado, simplemente quiero seguir trabajando en lo que hago: escribir, dirigir, actuar y simplemente cumplir mi ciclo, con eso estoy más que satisfecho”, concluyó.
CLAVE
POETA
Bonilla compartió un poema escrito por él, que dice:
“Dueño de nada al cementerio llego, encuerado, feliz, enamorado, me pagan por jugar y voy diciendo, yo no soy mi futuro, yo no soy mi pasado, yo estoy siendo (...) Una caja de pino muy barata, y algo será de mí la hierba fresca que nutrirá mi pudrición sensata, en vez de pervivir momia grotesca ¿Y el epitafio qué? No una frase almibarada; se acabó la función, no estén chingando, el que me vio me vio”.