La segunda temporada de El jardín de bronce estrenó por HBO, mostrando el reencuentro de Fabián Danubio (Joaquín Furriel) y su hija Moira (Maite Lanata), así como el nuevo caso de un adolescente extraviado.
El protagonista aprovechó el regreso de la serie para destacar que, a pesar de ser ficción, no se puede evitar entender temas como las desapariciones desde el ángulo político y social.
“No es una serie de denuncia, pero en Latinoamérica es muy difícil poder contar una historia que no esté atravesada por lo social, porque nosotros convivimos muchísimo con cuestiones socioculturales en el día a día, conocemos la complejidad porque nacimos en ella”, dijo a M2 en entrevista telefónica.
Y añadió: “La serie es argentina, escrita por un argentino, en la Argentina que vivimos, donde no tenemos el porcentaje (de desapariciones) que en México, porque tampoco somos los millones que son ustedes; mis primos viven en México, entonces no soy ajeno a lo que ocurre en su país. Lo que sí, es que me parece que todo lo que se pueda visibilizar termina dando la posibilidad de que por lo menos esté el tema sobre la mesa”.
Drama familiar
Luego de recordar que la serie se basa en la novela homónima de Gustavo Malajovich, consideró que la historia nace del temor de perder un hijo, miedo que existe en diversos países, sobre todo en los que lamentablemente no resulta extraño que desaparezca un menor; de los guiones, aprendió que la mayoría de los casos se relacionan con vínculos directos o familiares, eso lo impactó.
La historia de drama y suspenso también toca temas como la corrupción, la delincuencia, la pobreza y hasta la donación de órganos: “Aquí en Argentina tenemos una ley de donación de órganos donde todos donan a la hora de perecer, si vos no quieres donar tienes que aclararlo. En nuestras sociedades, las personas civiles son las que pueden lograr cosas como éstas, que vale la pena ver en pantalla”.
En los ocho nuevos capítulos, el personaje de Joaquín Furriel se enfrenta al dilema de que Moira no es su hija biología, a que ella vivió 10 años en cautiverio y la distancia que eso crea entre ambos; también se le verá involucrarse en un caso que hereda del investigador César Doberti (Luis Luque), sobre la desaparición de un joven de 15 años.
“Vamos encontrando a Fabián muy frustrado por no poder acercarse a Moira, la encontró pero siente que en realidad no encontró nada; además, vamos a descubrir cómo tiene capacidades de rastreador, de investigador amateur, es increíble. Lo primero que demuestra Fabián como personaje, es cierta desconfianza a las instituciones, como si de alguna manera no le dieran la respuesta que a veces las personas necesitan tener”, indicó.
Cuando pudo ver el primer capítulo quedó satisfecho, lo siente más vertiginoso y, además, cree que la primera temporada se convirtió en una precuela y ahora sí empieza la historia. “Los momentos que más recuerdo son cuando filmé en La Bombonera; me gustaron mucho las escenas de acción, nunca había hecho algo así y, después, volver al departamento de Fabián y las escenas que hicimos con Moira, que es el corazón de la serie, trabajar con Maite es excelente”, concluyó.