La gente se arremolinaba desde temprana hora en las cercanías del Panteón Municipal de Dolores Hidalgo, donde se sentía una sensación de ánimo, de camaradería. Decenas de personas llegaron entonando sus temas, algunos vestidos con el tradicional traje de charro, otros con sus pequeños de la mano, pero todos con la misma idea: recordar un aniversario más de la muerte de José Alfredo Jiménez, uno de los compositores mexicanos más queridos por su pueblo.
Eran las 19 horas y decenas de personas llegaba al cementerio, donde un enorme sombrero de charro guarda celosamente los restos del inmortal intérprete; todos ellos llegaron, como cada año, para cantarle y ofrecerle serenata, una de aquellas que El rey de la canción ranchera compusiera para su pueblo, para México entero.
Para la medianoche no cabía un alma en el vetusto camposanto, 3 mil 500 personas, según datos de las autoridades, todos entonando la letra de clásicos como “El rey”, “Te solté la rienda”, “En el último trago” o “Caminos de Guanajuato”, la fiesta era completa, y no podía faltar el tequila, que tantos momentos de inspiración dio al maestro José Alfredo.
Emoción familiar
Al día siguiente, llegó su hijo, José Alfredo Jiménez Jr., quien junto a la cantante Alejandra Orozco y con dos arreglos florales, entraron por el largo camino que lleva a la tumba, y con sentimientos a flor de piel, el empresario se acercó a los medios para agradecer a los presentes.
“Es una satisfacción ver que el pueblo se acerca y se llena con las canciones de mi padre. Ver que sus temas siguen llenando de amor a la gente. Para nosotros, como su familia, este es el lugar donde nos cargamos de energía y además venimos para darle las gracias por todo lo que nos deja”.
Mientras se llevaba a cabo la entrevista, se seguían escuchando las canciones a capela por parte de los presentes, llenando de emoción al propio José Alfredo Jr. “Yo siempre he dicho que la herencia más bonita que me dejó mi padre fue ese cariño de su gente. Mira, ya lo están cantando en este momento”, dijo.
Como parte de a celebración de este décimo Festival Internacional José Alfredo Jiménez, su hijo también presentó una segunda edición del libro Encuentro con mi padre, el cual se agotó en librerías, según comento Jiménez Jr., con un tiraje que superó los 18 mil ejemplares.
“No pretendo que sea una biografía, más bien, que la gente conozca lo que platiqué con él, porque hablaba muy bonito, daba grandes consejos. Un día le pregunté cómo era cuando niño, y me respondió que aunque nunca le faltó nada, porque mi abuelo era el boticario del pueblo, él siempre fue un niño triste, pero creo que esa sensibilidad fue la que le dio la posibilidad de escribir toda esa obra tan maravillosa”, aseguró.
Durante los festejos se colocó un escenario en calles del centro de esta localidad, donde, durante tres días se presentaron cantantes como la banda Lirio, Raúl Hernández, Alejandra Orozco, Jesús Monárrez y Tania Libertad, además del comediante Memo Ríos.
Símbolo nacional
Tania Libertad fue la encargada de cerrar la celebración en el escenario, donde con su potente voz entonó clásicos como “Un mundo raro” y “En el último trago”. La peruana se declaró “la fan número 1 de José Alfredo, de quien dijo: “Es adorado en todo el mundo, es un símbolo de la música mexicana. Es un ícono, por eso tengo tres discos dedicados a él”.