Juan Manuel Bernal: “Me van a a ver pasarla muy mal en 'Consentimiento'”

Juan Manuel Bernal considera que su personaje de Max en Consentimiento, de la inglesa Nina Raine, más que tener un arco dramático, ostenta un arcoíris casi completo y admite que si ese rol le hubiera llegado en otro momento antes habría carecido de la madurez como persona y actor para interpretarlo.

“Me van a ver pasarla muy mal en la obra”, dice Bernal en entrevista días antes del estreno el 31 de agosto de Consentimiento en el Teatro Helénico, donde su personaje ciertamente se la pasó muy mal, pero el público disfrutó de una de las mejores interpretaciones en escena de la carrera del actor.

Bernal encarna a Max, un abogado de derechos humanos casado con Katty (Marina de Tavira), que tiene que defender a un hombre acusado de haber violado a una trabajadora de provincia durante el funeral de la hermana menor de ésta; pero el imputado alega que hubo consentimiento para tener sexo.

Bernal y De Tavira vuelven a trabajar juntos en teatro, otra vez como pareja y en el Helénico, después de que en 2012 estrenaron otro drama polémico, Traición, del Nobel de Literatura 2005, Harold Pinter.

“He pedido muchas veces a Marina que volvamos a hacer Traición. Pero, cuando leí Consentimiento, me di cuenta que ésta obra supera a Traición”, sostiene Bernal, amigo de la actriz y productora.

Incidente Teatro estrena el drama de Raine en México, dirigido por Enrique Singer, con un elenco de primera: Juan Manuel Bernal, Marina de Tavira, Adriana Llabrés, Arturo Barba, Daniela Schmidt, Alfonso Borbolla y Jana Raluy, para sólo 20 funciones, de jueves a domingo, hasta el 1 de octubre.

El tema de las relaciones consensuadas

La obra de la británica se monta por coincidencia cuando en España se atiza la polémica por el beso en la boca que el presidente de la Real Federación Española de Futbol, Luis Rubiales, dio a la campeona Jenni Hermoso, en la premiación del Mundial femenil, con las versiones confrontadas. Por un lado, la delantera del Pachuca denuncia agresión sexual y el directivo alega que hubo “consentimiento”.

En Consentimiento confluyen múltiples relatos: el de Gina (Raluy), quien declara que fue violada la noche del funeral de su hermana, mientras el acusado –anónimo, puede ser cualquiera, sólo se sabe de él por el abogado y la víctima– alega consentimiento; el de Max (Bernal, defensor) y su esposa Katty (De Tavira); el de Alex (Barba) y Rita (Schmidt), quienes se están separando; el de Toni (Borbolla), el fiscal del mismo caso, y el de Sandra (Llabrés), una actriz que se prepara para interpretar a Medea.

Juan Manuel, Max se antoja como el personaje más complicado que has interpretado.

Digamos que entra en la gama, sí, de complicados, de personajes con un enorme arco (dramático); aunque este personaje ahora sí que tiene un arcoíris casi completo.

¿Te resulta incómodo?

Nunca juzgo a los personajes. Me resultan incómodos los términos legales, me cuesta mucho trabajo aprendérmelos. Max es un abogado, me resulta incómodo, pero ahí siento que estoy juzgando a mi personaje, al juzgarlos siento que los limito. No, no le encuentro nada incómodo. Simple y sencillamente es un personaje muy, muy complejo, si me hubiera llegado antes no lo hubiera entendido como ahora, creo que la madurez en que me encuentro ahora como persona y como actor me ayuda a entender mucho más a un personaje tan complejo como éste.

¿Quién es Katty para Max?

Katty es el amor de su vida. De hecho, soy el único novio que tuvo antes que casarse. Tienen un hijo. Sin embargo, hay ahí los típicos casos de desencuentro en las parejas después de ciertos años de casados. Lo que vamos a ver es a dos seres humanos tratando de defender su postura ante la vida.

Hay una víctima de violación en la trama. ¿Cómo es la relación de Max con ella?

Yo defiendo al acusado de violación, hasta el juicio se sabrá si es culpable o no; soy su defensor. En realidad, mi personaje está especializado en derechos humanos, pero ante la necesidad por la que está pasando en ese momento; ahí es donde te decía que no me gusta juzgar a mis personajes, porque ahí hay algo con lo que Juan Manuel no coincidiría, pero el personaje sabe por qué lo está haciendo, es su profesión, y va hasta las últimas consecuencias.

Como abogado defensor del acusado, ¿cómo juzgas a Gina, la víctima?

Me parece muy interesante tu pregunta, pero no quiero contestártela, en la obra está la contestación. Max lo único que sabe es que, a través del historial de ella, él se basa para defender a su acusado.

Vuelves a ser pareja con Marina de Tavira, como hace 11 años en Traición, donde tampoco la llevaban bien como pareja.

Ja, ja, ja. Sí, volvemos a hacer pareja con dos personajes fuertes. Hay muchísimo cariño y amor con ella desde hace años; su primera telenovela la hicimos juntos. Siempre estamos buscando algo en lo cual podamos coincidir. Afortunadamente en Consentimiento coincidimos. Van a ver a estos dos personajes enfrentarse a cosas muy muy fuertes, pero así es la vida. Estoy muy agradecido. El texto me lo presentó Marina hace tres años. Y yo le decía: ‘Vamos a repetir, vamos a hacer Traición’. Uno se queda siempre con las ganas de seguir este tipo de personajes (Jerry). Y después de leer Consentimiento, le digo: “Esto  superó Traición. Está fuerte, es una obra muy fuerte, para nosotros; y para el público es el espejo donde reflejarse.

"Consentimiento es una obra muy necesaria y muy inteligente. Estoy contento porque es sólo una función por día, así se puede dar todo al público. Es muy cansado el trabajo emocional. Nosotros no somos nada fríos, todo lo pasamos por el corazón y por las emociones. Los personajes están llenos de eso, en particular el de su servidor. Me van a ver pasarla muy mal. Es una gran reflexión sobre nosotros, humanos, en este momento del siglo XXI, en especial tras la pandemia".

Primero Traición, ahora Consentimiento. ¿Cómo les llegan a estos temas a ti y a De Tavira?

Nos gusta el teatro que confronta y que es un espejo para el espectador. No es coincidencia que estemos haciendo Consentimiento. Efectivamente, estos son los temas en los que hoy como seres humanos estamos inmiscuidos; además, tratando de tomar conciencia como seres humanos hacia dónde vamos y quiénes somos hoy. Pensamos muy parecido Marina y yo respecto al tipo de teatro que hacemos, a la carrera que hemos tratado de hacer. Ella sabía perfectamente que en el momento en que yo leyera la obra iba a decirle que sí, que los temas de los que te hablo están arriba de la mesa y hay que hablarlo, son temas muy dolorosos, pero alguien tiene que hablar de ellos.

¿Cuál es la distancia entre Consentimiento y Traición?

Del consentimiento a la traición, creo que nomás hay una pausa, van hilados ambos conceptos. Justo en esta obra que, por supuesto, hay traición y hay consentimiento. Y el consentimiento es una palabra relativamente nueva en nuestro vocabulario, desde mi muy humilde punto de vista; creo que la manera de ver al mundo era otra, y estos personajes están en esa transición. Para Max, a pesar de que es un hombre brillante y de leyes, el consentimiento es muy, pero muy conservador; está muy apegado a su idiosincrasia, que es ser muy chapado a la antigua, muy conservador. ¿El consentimiento existe en el matrimonio? Para él, legalmente, sí; en el matrimonio, no sé.

¿Cómo aterrizar en este México de los feminicidios, de la violencia hacia la mujer una obra como ésta? Al teatro viene una élite, no digo élite económica, sino afín al arte

A través de los estímulos, en esta obra tenemos descuentos de 50 por ciento para la gente. El teatro que he hecho ha sido con las instituciones regularmente. Hablabas de la responsabilidad. Yo, como actor, he trabajado siempre con una responsabilidad social, el proyecto que tomo es en el que sé que algo estoy tratando de decirle a una sociedad que es en la que me desenvuelvo.

“Me parece interesante que menciones que sí es cierto público el que va al teatro, el más sensible es el que viene a ver la obra; yo apelo a que vengan más, este es un teatro institucional, que a través de los descuentos puede venir cualquier tipo de persona. A mí me parece eso muy interesante de una obra como ésta, de un reparto como este: la gente nos ubica, a algunos por televisión, a algunos por las series, pero somos gente que tenemos entrando a sus pantallas hace mucho. Ese tipo de gente también nos sigue en nuestro carrera de teatro y apelo a que vengan, porque nosotros queremos que nos vean”.

¿Le ha pesado alguna vez esa responsabilidad?

No, no. Me siento estoy muy orgulloso de estar consciente de que lo que digo tiene una responsabilidad. Y desde que tomé consciencia de eso, el tipo de proyectos en los que me vi involucrado tiene que ver con eso, con qué voy a decir y por qué lo voy a decir.

MGR

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