Dar vida a Trudy Ederle, la primera mujer que cruzó a nado el Canal de la Mancha en 1926, fue todo un reto para Daisy Ridley en La joven y mar, no solo por dar vida a un personaje real, sino por la dificultad de de lograr un nado de nivel olímpico; La joven y el mar es la nueva cinta de Disney+ que ofrece un retrato de una mujer que hizo frente al deporte, pero también a las críticas de una sociedad conservadora que rechazaba los logros de una mujer.
“Trudy es el personaje más alegre que he interpretado y fue un placer, honestamente no ve las barreras que todos los demás ven, simplemente está en su viaje para hacer lo que le encanta. Se trataba de contar una historia íntima de personas que se aman mucho, y a escala masiva lo que significaba socialmente lo que ella estaba haciendo a nivel mundial, esa imagen de las mujeres en los deportes en ese momento”, dijo Daisy Ridley, sobre su personaje.
Para dar vida a Trudy, la actriz contó con la asesoría de profesionales, pero el camino no fue sencillo, “antes de mi primera lección de natación con Siobhan, intenté nadar 20 metros, me levanté y dije, perdón por mi francés: ‘A la mierda’. Mentí un poco en mi CV, pensé, dije que era genial nadando porque me encantan las aguas abiertas, y quería hacer el papel, pero a medida que las cosas se acercaban, pensé: ‘Mmm, ¿cómo voy a hacer esto?’”, confesó.
Al paso de las semanas y sintiendo más confianza con el entrenamiento, “me di cuenta de que había mucho que aprender; de hecho, nunca aprendí adecuadamente el crol, y lo que al principio parecía imposible, después de las lecciones de natación mejoró, traté de igualar lo que Trudy hacía, entrené durante tres meses y luego comenzamos a filmar. Estábamos filmando y yo seguía entrenando, porque todavía quería mejorar mi natación”, explicó.
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La joven y el mar se basa en la novela Young Woman and the Sea, de Glenn Stout, y narra cómo Trudy se convirtió en la primera mujer en cruzar a nado el Canal de la Mancha desde Francia hasta la costa inglesa. El recorrido establecía nadar 33 kilómetros, pero debido a las condiciones climáticas, Trudy tuvo que nadar 23 kilómetros más para lograr su meta, la cual, por cierto, estableció un récord frente a sus colegas hombres. Fueron dos horas menos.
Los retos del rodaje
Lograr esta ficción implicó retos también para la producción, “podías sentir el agua fría, el viento y todo lo que viene con eso. Daisy entrenó muy duro, entrenó durante tres meses y trabajó con una nadadora olímpica. Le pedimos a algunos amigos nadadores olímpicos que la vieran y dijeron que era genial; el hecho de que Daisy tuviera que soportar el mismo tipo de cosas que enfrentó Trudy fue un reto”, dijo el productor Jerry Bruckheimer.
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Además del agua, el viento y las corrientes, otros elemento a tener en cuenta fueron las embarcaciones que se usaron como parte del rodaje, explicó Joachim Rønning, el director de la película, “estábamos a 15, 16 grados Celsius, lloviendo, y mi mayor temor son todos los barcos y las hélices que había alrededor de Daisy constantemente, aunque eran embarcaciones de seguridad. Era un ambiente muy estresante; lo logramos bien”.
Una historia sobre el triunfo
La película aborda la vida de Trudy desde su infancia, cuando su madre desafió lo establecido para que Trudy y su hermana aprendieran a nadar, este fue el inicio de un sueño, “ves la historia de Trudy a través de sus ojos, sus fracasos y triunfos, es muy difícil que no se te llenen los ojos de lágrimas con su historia y de eso se trata el cine, de conmover al público, de llevarlo a otro lugar, en este caso la vida de Trudy y el deporte”, explicó Joachim.
El director agregó que se trata de una historia que el mundo debe recordar, “pasa mucho con este tipo de historias, la gente es olvidada y es por eso sentimos la obligación de volver a contar esta historia y redescubrir a Trudy Ederle para el mundo. Me sorprendió no conocer su historia, porque se trató de un evento mundial y, en muchos sentidos, probablemente se trató de un momento muy especial que cambió los deportes femeninos para siempre”.
MGR