Manuel Valdés, un 'loco' encantador

Edición Fin de Semana

El actor, quien hizo historia en la comedia en cine, televisión y teatro en México, falleció ayer a los 89 años tras perder la batalla contra el cáncer; Cristian Castro agradeció, en un video, el cariño del público a su padre.

Manuel Valdés: Un loco encantador (Archivo Milenio).
Ciudad de México /

Manuel El Loco Valdés era “un hombre amable, divertido, alguien que siempre estaba de buen humor, y la gente lo sabía; por eso su gran legado es ese cariño genuino que le tenía el público, al que tantas veces hizo reír”, y ayer provocó tristeza tras difundirse la noticia de su muerte a los 89 años, luego de enfrentar el cáncer por varios años.

Daniel Gómez Casanova, el productor de Aeroplanos, la última obra que llevó al actor al escenario, primero en el teatro San Jerónimo y luego en el Centro Social Veracruzano, haciendo mancuerna con Ignacio López Tarso, además de la gira que realizaron por el país, comparte esa dualidad de emociones.

La noticia “me tiene triste, pero por otra parte estoy agradecido con la vida de haber tenido la posibilidad de haberlo conocido, de haber compartido tantos momentos y tantas anécdotas, y de haber constatado el cariño que cosechaba a cada paso que daba”, dijo el productor al recordar las andanzas con el actor.

“La gente veía a don Manuel con mucho cariño y cercanía; íbamos por la calle y le gritaban: ‘Ahí viene El Loco’. Se paraba, les sonreía o se tomaba la foto o les daba un autógrafo, o incluso intercambiaba alguna frase y la gente se iba feliz, tanto como él, pues era un cariño y agradecimiento mutuo; algo que no se ve mucho en personajes con la fama y el éxito que él tuvo”, añadió Casanova respecto al actor que inicio su carrera en la cinta Calabacitas tiernas en la década de los 50, donde participó con sus hermanos (Germán, Tin Tán, y Ramón), con quienes también compartió su pasión por entretener al público a través de la comedia, género en el que cada uno brilló con su propio estilo.  

El séptimo arte marcó el arranque de su historia en el medio artístico, pero la televisión le dio la popularidad que en los años 70 era sinónimo de éxito. Ahí, con programas como Variedades de mediodía y Operación Jajajá se encontró con el triunfo e incluso con el amor, pues fue justo en el segundo donde conoció a Verónica Castro, cuyo romance, dio como fruto a Cristian Castro, uno de sus 11 hijos, que más tarde derivaría en un distanciamiento con la actriz y su propio vástago, con quien se reconcilió hasta que el chico alcanzó la adultez.

“Quiero mandarle un fuerte abrazo a todos sus seguidores, sus actuaciones en teatro, en televisión, su humor y su comedia. Estoy muy orgulloso de ser su hijo, muy agradecido con la familia por el cariño que me brindaron en el momento que me quise acercar a él. Quiero agradecer a mi madre, por haber hablado también de él, es el regalo más bonito. Estoy muy triste y comparto este dolor con la gente de México. Y estoy cerquita de los Valdés en este momento tan difícil”, dijo Cristian. 

La comedia mexicana

Ensalada de Locos fue otra de sus propuestas para llevar el humor a las pantallas. Ahí hizo amalgama con Alejandro Suárez y Héctor Lechuga y dio vida a la inolvidable Maritza, uno de sus icónicos personajes, que junto a la también inolvidable Andrea, interpretada por Lechuga, hicieron clásicas frases como “Pellizquito de pulguita enamorada, por hacerme esa vacilada”.

En su andar por la televisión también se cuenta el programa El show de El Loco Valdés, que no solo sumó éxito y fama al actor, sino también lo llevó a conocer la censura gubernamental en el sexenio de Luis Echeverría Álvarez. Y todo por contar el chiste de El bomberito Juárez.

“¿Quién fue el presidente bombero? Pues Bomberito Juárez. ¿Y quién lo ayudaba? Su esposa Manguerita Maza de Juárez”, decía.

El humor no gustó, la televisora lo censuró y el programa salió del aire. Incluso se rumora que el actor fue a parar a la policía, pero su nieto Iván ha asegurado que tras recitar una epístola de Benito Juárez y culminar con la frase “El respeto al derecho ajeno es la paz”, ya no pasó a mayores. 

Lo cierto es que nada limitó el humor de El Loco, quien siguió haciendo historia con sus bromas, que lo llevaron hasta vestirse de mujer y caminar por Paseo de la Reforma cuando su amado América era víctima del Guadalajara, y de esa forma pagaba las clásicas apuestas que hacía con su compadre, Sergio Corona.

Ni siquiera el cáncer de piel que llegó en 2017 pudo combatir su pasión por estar frente a una cámara o arriba del escenario; por ello, ya enfermó se mantuvo, hasta donde pudo, en la temporada de Aeroplanos, la conmovedora historia que compartió con Ignacio López Tarso y que aderezó con esos gestos y silbidos, de los que hizo un lenguaje para tener otra forma de provocar la risa del público. 

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  • Adriana Jiménez Rivera
  • jiramil@hotmail.com
  • Licenciada en Periodismo y Comunicación Colectivo, egresada de la Escuela Nacional de Estudios Profesionales, ENEP Aragón, de la Universidad Nacional Autónoma de México. Con más de 32 años de experiencia en el periodismo escrito, en los diarios El Esto y La Afición, y las revistas Tele Guía y Oye mi canto; y desde 2000 en MILENIO DIARIO como reportera, y Coeditora desde 2009 a la fecha.

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