Con gran anticipación se vivió el evento de Polymarchs en el Ángel de la Independencia de Ciudad de México en donde, según cifras del gobierno de la capital, se presentaron 200 mil personas para recibir el Año Nuevo. El colectivo musical Polymarchs comenzó actividades a finales de los años setenta y pronto se convirtió en un sonidero que ha visitado gran parte de la ciudad en sus más de cuatro décadas de existencia.
Durante las últimas horas de 2024 la avenida Reforma se llenó de espectadores, aficionados y familias que eligieron este evento como su actividad final del año. Desde muy temprano – e incluso durante las pruebas de sonido en días anteriores – las personas comenzaron a ocupar distintas zonas de la enigmática avenida, algunos con espectaculares y extravagantes indumentarias, otros más cómodos y preparados para el frío, y no fue hasta las primeras horas del 1 de enero que el público desalojó Paseo de la Reforma.
Parte de lo extraordinario de la ocasión fue la presentación masiva de exponentes del High Energy, género musical que alcanzó su mayor popularidad a finales de los 70 y principios de los 80 retomando ideas musicales de la música Disco y el Pop. Hoy en día en Ciudad de México el High Energy es un estilo musical más de nicho, que se presenta en eventos específicos y algunas discotecas de la ciudad.
Es por eso que llama la atención el gran número de aficionados que tomaron las calles de Reforma ayer por la noche, muchos mayores de 40 años, pero también una buena cantidad de jóvenes que asistieron tanto por curiosidad, como por la posibilidad de pasar un Año Nuevo diferente. Asimismo, Clara Brugada, jefa de gobierno de la CDMX, principal impulsora del evento, estuvo presente durante el conteo final, acompañada por César Cravioto y Ana Francis López Bayghen Patiño, y ofreció algunas palabras ante los miles de asistentes.
Previo a la presentación de Polymarchs la conversación estaba en X y otras redes sociales, en donde muchos usuarios expresaron su descontento que el evento – ya sea por el presunto costo del mismo, la ostentosidad de su producción o la aparente falta de popularidad del género y los mismos Polymarchs –, pero también hubo muchas otras personas que aplaudieron la iniciativa del gobierno por voltear a ver expresiones culturales más populares como el sonidero y el ya mencionado High Energy.
El evento dejó sentimientos encontrados, muchos de ellos positivos de acuerdo con quienes fueron testigos, aunque también hubo aquellos que se preocuparon por la masividad y la necesidad del apoyo de las autoridades, y pone sobre la mesa la necesidad del diálogo entorno a la necesidad de diversificar la oferta cultural y musical de la ciudad, y el país, y reconsiderar la popularidad y la derrama económica que otro tipo de eventos pueden dejar en la economía capitalina.
AMG