Álvaro Díaz: "Me enamoré de las canciones con carácter, de llegar a la perfección imperfectamente"

En entrevista con MILENIO, el cantante habla sobre su próximo disco, Sayonara, y de su fluir creativo en estos tiempos tan veloces.

El cantante puertorriqueño / Especial
Ciudad de México /

Hace mucho tiempo que Álvaro Díaz no se escapa del quehacer artístico, y menos ahora, en la antesala del lanzamiento de su próximo disco, Sayonara: estas últimas semanas, la mente del cantante puertorriqueño fluye entre lo que podría omitir o sumarle a sus nuevos tracks.

Este disco se ha creado en un montón de lugares y viene de esa hambre de tener libertad”, comparte el artista en entrevista con MILENIO.

Su material previo, Felicilandia, que en 16 canciones va de la nostalgia a la esperanza y de reversa – un reflejo de lo que experimentó Álvaro durante la pandemia – tuvo una despedida mítica con tres conciertos a reventar – 21, 22 y 23 de abril - en el Coca-Cola Music Hall de Puerto Rico.

“A veces extraño cosas de la pandemia – comenta Díaz vía Zoom –. Ahora uno va a las millas y en la pandemia era todo más relax en cuestión del tiempo para meterle a la música, pero esas cosas así son. Son raras las vueltas que nos da el mundo últimamente”.

De Sayonara, dice que ya es un estado mental: diario se le ocurre “cómo mejorar, cómo mezclar las canciones a larga distancia o que un músico al otro lado del mundo me pueda grabar”. Diario trabaja en el disco.

Es el proyecto más difícil que he hecho”, afirma el cantante de 27 años, quien de inmediato explica que “no por crear, sino por las herramientas, por dónde está todo el mundo, por el acceso”.

Y da un ejemplo: “Tengo dos semanas con mi productor y después él tiene que trabajar con otro artista, entonces tengo que esperar tres meses para viajar con él y aprovechar los días, luego otros tres meses, entonces irme de tour". Una dinámica que no piensa repetir en sus próximos álbumes, pero "en éste no había de otra que seguir fluyendo con lo que tocaba".

Aunque el arte no debe ser competencia, Jorge Álvaro Díaz Rodríguez – su nombre de pila –, dice que en este ambiente tan veloz, de consumo voraz, "hay que estar ready y creando todos los días; ese flow de coger un break es un poco difícil, hay que estar fuerte mentalmente para poderlo lograr”.

“Pero ya lo más difícil pasó”, apunta el músico con una sonrisa.

El camino para Álvaro se vislumbra llano, prueba de esto es el gran recibimiento de Yoko, tema de amor lanzado hace una semana que es obvio en su referencia a la pareja de John Lennon.

"A las canciones siempre se les puede hacer más; si te pones a buscar siempre puedes seguir añadiendo, cambiar sonido, grabar más voces, minimizar. Entonces, acabar una es algo que sientes, porque a veces las canciones se sienten imperfectas pero dices ‘Ahí es’", comenta.

Para reforzar la idea anterior, el puertorriqueño recuerda un track del disco pasado, Babysita </3, "que es la que más me cantan en los conciertos"; aunque pudo haberlo trabajado en un estudio de alta gama, lo grabó en su casa, y "la imperfección hace que la canción haya tenido el éxito que tiene, lo sentí así".

"Me enamoré de las canciones con carácter, de llegar a la perfección imperfectamente", declara.

Díaz confiesa que en sus inicios, al dejar que otras personas guiaran su arte, el resultado le dejó un mal sabor de boca. Por eso ahora "si el artista decide poner esa obra en el mundo, donde va a vivir por siempre, entonces él tiene que estar contento con eso, no otras personas". 

"Ya me pongo más fuerte, hasta que mi corazón no me diga ‘Esto está bien’, no se logra".

Entonces, se entiende que tal órgano vital es el que lo guía también en sus colaboraciones, que han sido vastas y variadas: con Bratty en ese susurro desamoroso llamado Shh, con Feid en esa oda al rechazo de nombre Llori Pari y con C. Tangana en el himno de 'Don Juan' moderno Todas mías, sin olvidar Deportivo, ese hit con Cazzu ideal para iniciar un romance.

Y su sinergia más reciente: 1000Canciones, con Sen Senra.

"No colaboro por números, colaboro porque siento que hay una conexión o algo que me gusta del artista, y conocí a Sen en México cuando estaba haciendo Felicilandia, esa primera vez fue de ‘Me gustan esas bandas de Puerto Rico’… nos dimos cuenta que creamos un montón de cosas en común y la conexión es bien bonita".
"Meses después nos vimos en Madrid y creamos 1000Canciones, pero no nos metimos con la presión de crear una canción para mi disco, solo salió. Y como no somos artistas de reguetón como tal, me pareció cool que nos uniéramos para hacer un reguetón de la mano de uno de los mejores productores de la historia, Haze".

El reloj anuncia que el tiempo de la charla se agotó y Álvaro debe irse - a alguna otra cosa relacionada con el universo Sayonara -, pero antes confiesa que con el disco que viene, Yoko, Felicilandia, Díaz antes y todo lo demás que ha hecho-conseguido, le resulta posible decir que está "viviendo la vida que soñé de niño". 

"Creo que no puedo pedir más, no se trata del dinero ni esas cosas, se trata de poder vivir haciendo lo que te gusta, Obviamente todo mundo dice ‘Quiero dinero’, pero últimamente el dinero es irrelevante; mucha gente con plata es infeliz, entonces lo importante es ser feliz con lo que uno hace, y gracias a Dios soy feliz con lo que hago".


hc

  • Yair Hernández
  • juan.hernandez@milenio.com
  • Es periodista especializado en temas de cultura y entretenimiento. Actualmente trabaja como reportero para Milenio.

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